Capítulo 7

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Seokjin suspiraba una y otra vez. Estaba en la enorme casa de sus padres y ahí a la orilla de la piscina compartía una cerveza con su buen amigo Lee Jung Hwan. Habían crecido juntos, pues eran vecinos. Nunca perdieron el contacto y fue uno de lo que lo alentó a volver a Corea y lo apoyó en todo momento con la adopción de Jihoon.

— ¿Me dirás al fin que es lo qué te sucede?, me tienes intrigado, desde hace días con esto que necesitabas hablar conmigo. El idiota de Ken, ya me dio detalles de cómo lo trataste y no sabes lo feliz que me puso saberlo. Espero que no sea por él que estás así.

—Así ¿cómo estoy, según tú?

—Enamorado...

—Jung Hwan... ¿Qué fue exactamente lo que Jae Hwan te dijo?

—Qué estabas con un muchacho muy atractivo en tu casa y que éste te comía con la mirada y a él lo miraba con ojos asesinos.

—Kookie no es un asesino... y no me come con la mirada. Solo es un joven de 23 años. Le gustan los niños y siente especial atracción por Jihoon. Y la atracción es mutua. Mi hijo enloquece cada vez que aparece en casa.

— ¿Sólo atracción por Jihoon? ¿Y tú no sientes atracción por tu vecino? ¿No enloqueces cuando aparece en tu casa?

Seokjin comenzó a reír. Lo que más adoraba de su amigo, era su capacidad para leerlo y lanzarle toda la artillería, sin previo aviso. Y era la primera vez que debía enfrentarse a sus verdaderos sentimientos por Jungkook. No podía negarlo, al principio le pareció un muchacho tierno e inocente, que le gustaba jugar con su pequeño. Pero con el transcurso de los días, se había convertido en alguien muy importante en su vida y eso le aterraba. Porque desde un principio se había convencido que sería algo temporal. Que Jungkook estaría con ellos, mientras no encontrara otra cosa donde poner su atención y eso era básicamente encontrar un novio. Pero lo que Seokjin no había querido reconocer hasta ahora, es que se sentía feliz que Jungkook no encontrara uno, y que su mente enloquecía cada vez que pensaba en su vecino siendo tocado por otro.

—Estoy enamorado de él. Yo amo a Jungkook y eso es muy, muy malo...—lo dijo finalmente. Al fin lo podía sacar a la superficie. Al fin exponía todos esos sentimientos acumulados. Ya llevaba dos meses relacionándose con Jungkook y en esos dos meses había surgido el amor, que intuía era reciproco, pero no se atrevía a manifestar.

— ¿Y crees que es mutuo?, ¿crees que esté interesado en ti?

—Él está enamorado de mí, lo sé. Puedo verlo en la forma como me mira, lo nervioso que se pone cada vez que lo toco...no soy un niño Jung Hwan, y Jungkook es demasiado transparente. Se asustó cuando le dije el primer día que hablamos que sabía que era gay. Sé lo que siente y sé también que su amor por Jihoon es genuino.

— ¿Y entonces?, ni siquiera deberías estar aquí conmigo, si no que follando con él como si no hubiera un mañana.

Seokjin volvió a reír, esta vez más fuerte. Realmente su amigo tenía una boca sin filtro. Aunque no negaba que sus ansias por Jungkook lo tenían al borde de la locura. Tanto que sus mañanas no podían empezar sin "acariciarse" pensando en su joven vecino, lo que le parecía absolutamente pervertido de su parte, pero era inevitable.

— ¿Escuchaste lo que dije?, tiene 23 años y una vida por delante. Ya se le va a pasar este enamoramiento...no puedo amarrarlo a una vida con un viejo de 32 años y que además tiene un hijo de 8 meses. El toca en una banda, aún no termina la universidad...por favor Sandeul, ¿qué tenemos en común?

—No lo sé, dímelo tú. ¿Por algo te enamoraste o no?

Seokjin comenzó a pensar en todas las cosas maravillosas que compartían con su vecino. Esas largas conversaciones, bajo el árbol de aquel parque. Las veces que terminaban rodando por la alfombra con Jihoon alzado en sus brazos.

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