Capítulo 22

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Jungkook estaba cansado. Se acercaba el fin de año y comenzaba la época de exámenes. Las últimas semanas había deambulado entre su departamento y el de Yugyeom, estudiando hasta el amanecer. Por lo tanto ninguna noche la había compartido con Seokjin. Sólo se habían visto a ratos, para compartir unos besos y un rato junto a Jihoon que ya había cumplido un año. Y eso tenía de muy mal humor al menor. El pequeño ya estaba dando algunos pasos y seguía repitiendo "pa-pa-pa" constantemente. Y odiaba no poder estar todo el tiempo a su lado, para disfrutarlo.

Los fines de semana, se habían dedicado a decorar y amueblar la casa. Afortunadamente la señora Kim había sido de gran ayuda. Tenía buen gusto y datos precisos de dónde comprar. Ella se había encargado de acompañarlos y así facilitarles las cosas. Seokjin gozaba verla junto a Jungkook decidiendo los mejor muebles para la pieza de Jihoon, los que ya no serían de bebé, pues a juicio del padre más joven, su hijo ya se estaba convirtiendo en un niño hecho y derecho. Jung-Sook asentía a cada una de las aseveraciones del menor con sus comentarios "Kookie tiene razón en esto" "Kookie sabe exactamente que comprar" "Kookie es tan dulce" y más "Kookie", "Kookie". Sí, tal como había predicho, su madre había caído redonda ante el encanto de su dulce novio-compañero-esposo. Y había terminado aceptando que lo mejor para su nieto era el cariño y amor de sus dos papás.

Con tantas actividades, Jungkook estaba agotado y para la primera semana de diciembre, su humor estaba alcanzando niveles que nadie estaba dispuesto a tolerar. Por eso esa noche en la que el menor pretendía quedarse en casa de sus amigos para estudiar, ambos lo enviaron de vuelta a su casa.

— ¿Hace cuantos días que no follas Jungkook?, tu humor es inaguantable—Bambán iba directo al grano, pues no iba a soportar otra vez pasar una noche con el chico mal genio. Y al parecer había acertado, porque entre tanto estudio y amanecidas, habían pasado cinco días sin dormir con Seokjin y por lo tanto sin sexo.

—No creo que mi vida sexual sea de tu incumbencia. Además sabes que me he pasado todas las noches con ustedes, no he estado con Seokjin en toda la semana.

—Ahora se entiende...bueno escucha...creo que hoy debemos estudiar hasta las nueve. Luego te irás al departamento de hyung y tendrás sexo. Creo que si eso no sucede, terminaremos odiándote. Yugyeom y yo al menos, tenemos las mañanas para hacer el amor, en cambio tú...con Jihoon entre medio, se ve que no has podido...

Jungkook miró a su amigo y aunque quería asesinarlo, sentía que en cierta forma tenía razón. Pero no era sólo la falta de sexo. Era todo, no tener a Seokjin cerca le provocaba ese mal humor. Deseaba que pronto la casa estuviera lista, para irse a vivir juntos de una vez. Así estarían más tiempo juntos, ya que el mayor le había prometido trabajar varias horas del día en la casa.

Por eso esa noche, cuando llegó cerca de las diez a su departamento, tomó una ducha y fue directo a la cama de su hyung, que no lo esperaba. Se sorprendió de verlo ahí de pie junto a la cama sólo con la parte de abajo del pijama y ofreciéndole una vista que hizo que su cuerpo despertara.

—Pensé que estudiarías toda la noche.

—No puedo estudiar más. Quiero que me hagas el amor. Necesito de ti...necesito que me abraces y me mimes. Necesito que me llenes de besos...por favor...

Seokjin rio. Entendía el estrés por el que atravesaba su niño. Esa noche se encargó de todo. De mimarlo, de llenarlo de besos y darle mucho placer. Tanto que Jungkook al cabo de la segunda ronda, ya estaba agotado y dispuesto a dormir.

—Estás cansado Kookie. Te extrañaba mucho. Duerme ahora mi amor, ya queda menos para terminar todo.

Jungkook apenas pudo contestar. Ahora estaba satisfecho. No sólo su necesidad física de recibir placer sexual, sino que su alma. Estaba en los brazos de su hyung, siendo mimando y cuidado por el único hombre que le proporcionaba la paz que necesitaba.

Mi Pequeña FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora