Capítulo 3

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Los días transcurrieron rápidamente. Jungkook iba a clases y luego se juntaba con el resto de la banda a ensayar para su próxima presentación, por lo que llegaba bastante tarde a su departamento. Eso le había impedido ver a Jihoon y a su padre, salvo algunas contadas excepciones que se habían topado en el ascensor, pero sin intercambiar demasiadas palabras, a parte de un protocolar saludo.

Esa noche de viernes no era la excepción. Era cerca de medianoche, cuando la puerta del ascensor se abrió en su piso y lo sintió de inmediato.

Un bebé lloraba. No podía ser otro que Jihoon. El llanto denotaba dolor o incomodidad y entonces comenzó el debate mental de Jungkook.

Se preguntó si debía ofrecer su ayuda, sabía que Seokjin estaba solo con el niño y que no había una "Señora Kim" que lo ayudara. Por otra parte, tampoco había interactuado lo suficiente para que ese hombre le permitiera ayudarlo.

Como Jihoon seguía llorando y pensando en el bien del bebé, no dudó más y tocó el timbre.

Seokjin se paseaba con el bebé que no dejaba de llorar. Había tenido fiebre y el médico ya le había dado la cantidad de medicamento que debía darle, pero aun así, Jihoon no se tranquilizaba. Cuando sintió el timbre asumió que era algún vecino, probablemente el joven que vivía enfrente que se quejaría por el llanto de su bebé. Decidido a dar las explicaciones correspondientes, dejó al bebé llorando en su cuna y fue a abrir la puerta. Justamente se trataba de Jungkook, su apuesto vecino de enfrente.

—Lamento el ruido, es que mi hijo está enfermo y no se ha podido calmar...

—Por favor no te disculpes, no llamé a tu puerta por eso. Vengo llegando del ensayo de mi banda y sentí al bebé llorar y me preocupé... ¿Puedo pasar?, tal vez yo te pueda ayudar.

Seokjin se quedó paralizado. Apenas lo conocía, además su presencia lo ponía extremadamente nervioso. Pero tal vez si necesitaba un poco de ayuda y las veces que el joven había estado con Jihoon, éste había respondido muy bien.

—Claro pasa...estuvo con fiebre y le di su medicamento, pero sigue incómodo.

Jungkook pidió permiso para ir a la cocina y lavó sus manos. Se sacó la chaqueta que llevaba y que olía al galpón donde habían estado ensayando. Guiado por su vecino, fue hasta el dormitorio del bebé, donde aún lloraba. Se dio cuenta inmediatamente del problema.

—Debes bajar unos grados la temperatura ambiente. Hace mucho calor. Además lo vamos a desabrigar un poco —se quedó pensando un rato—es mejor que le demos un baño. ¿Puedes preparar un baño con agua templada?, mientras yo le sacaré la ropa.

Seokjin sin preguntar ni cuestionar ninguna de las indicaciones que Jungkook le hizo, fue a bajar el termostato y luego a preparar el baño de Jihoon. Cuando estuvo listo, Jungkook lo llevó y entre los dos lo metieron a la tina templada. El pequeño enseguida se fue calmando y disfrutando del agua.

-—¿Lo ves? Esto ayudará a bajar aún más la fiebre y hará que esté más cómodo y pueda dormir tranquilo.

Seokjin no podía creer que su vecino en pocos minutos había logrado calmar a Jihoon.

Continuaron bañándolo en silencio. Hasta que Jungkook consideró que era oportuno sacarlo. Se lo pasó con cuidado a su vecino que ya tenía una toalla lista para recibirlo.

-—¿Quieres secarlo y vestirlo tú?, yo iré a preparar un poco de té. ¿Tienes hambre? —Seokjin recordaba que su joven vecino venía llegando.

—No te preocupes...pero si tienes unas galletas sería genial...

Seokjin partió a la cocina, confiando ciegamente en ese chico. Dejando lo más preciado que tenía en sus manos, sin explicarse exactamente porque actuaba así. Apenas lo conocía.

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