Capítulo 4

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Había sido un idiota. Cómo podía pensar que Jungkook volvería a su departamento, más aún para almorzar con un tipo como él. Seguro que lo encontraba aburrido. El chico era alegre, tocaba en una banda y él era un soso arquitecto de 32 años divorciado y con un bebé. ¡Gran tonto Seokjin!, él no vendrá. Eran las 13:30 y el chico no aparecía. Y él había hecho comida para dos. Bueno tendría que comer todo el fin de semana lo mismo.

Iba a calentar la comida cuando el timbre sonó y su corazón se aceleró. ¿Sería acaso...? no quería entusiasmarse.

Jihoon estaba en su sillita muy entretenido con unos colgantes. La fiebre había desaparecido por completo, cuando fue a abrir la puerta, con el delantal aún puesto. Y ahí frente a sus ojos una enorme y hermosa sonrisa de conejo iluminó su corazón.

—Lamento la tardanza hyung, pero no quería llegar con las manos vacías...traje el postre—extendió una fuente de aluminio con algo que se veía delicioso.

—Kook...no te preocupes. No era necesario, se ve delicioso. Pasa por favor.

Naturalmente, Jungkook lo primero que hizo fue pedir permiso para lavarse sus manos y correr a sacar a Jihoon de su sillita para tomarlo y jugar con él.

—Lo vas a mal acostumbrar Kook-—le reclamaba Seokjin, pero no dijo nada más, cuando el menor le hizo un puchero y lo miró con sus hermosos ojitos. No le quedó más que sonreir como un bobo frente a ese rostro.

El corazón de Jin parecía que se iba a salir. Se sentía tan estúpido. ¿Cómo era posible que un mocoso lo alterara tanto?, tal vez era porque pasaba mucho tiempo solo.

Se sentaron a comer y Jungkook comenzó a contarle su historia. De cómo habían sido sólo su madre y él hasta los 15 años, cuando apareció Jeon Hyuk en sus vidas, para amarlos y formar una nueva familia.

—Él nunca trató de conquistarme con regalos o frases. Simplemente se acercó a mí y me pidió que le diera una oportunidad, él se quería esforzar en ser un buen padre. Y sabes hyung...se convirtió en el mejor.

—Espero que algún día Jihoon se sienta así de orgulloso de mí. Aun cuando no tenga una madre u otro padre—cuando dijo esto último miró a Jungkook que estaba atento a sus palabras.

—Eres muy valiente criando tu solo a Jihoon. Más todavía criándolo aquí, en Corea, donde todos adoran las familias tradicionales.

-—¿y tú Kook, esperas tener una familia? —Seokjin sabía que era una pregunta un poco absurda, sabiendo que era gay.

Inconscientemente, Jungkook miró a Jihoon y luego a los ojos de Jin. Por un momento una imagen pasó por su cabeza y hubiese querido manifestarla, pero se la guardó.

—Quisiera formar una familia. Sé que no sería una tradicional. Sé de algunos que han buscado formas de tener hijos, tú por ejemplo te casaste en el extranjero, sé de casos que han arrendado vientres...en fin, lo primero es encontrar un hombre que quiera lo mismo que yo...

Seokjin quería gritarle que él deseaba lo mismo, pero lo mantuvo para sí. Jungkook era joven y todavía tenía un mundo por descubrir.

—Estoy seguro que tienes muchos pretendientes. Eres joven y muy guapo. No te costará encontrar a alguien.

Jungkook sólo se encogió de hombros. Él sentía que ya lo había encontrado. Decidió que era mejor cambiar de tema.

—Creo que después de comer, deberíamos sacar a pasear a Jihoon, ¿no crees?, al frente hay un parque precioso, podríamos ir ahí.

—¿No tienes que estudiar o ver a tus amigos de la banda?

—Llevaré mis apuntes. Conozco el lugar perfecto para los tres. ¿Tú no tienes que trabajar en algo?

—Estoy ayudando a papá con unos planos. Pero debo encontrar a alguien que cuide a Jihoon para ir a la oficina.

—Si quieres puedo contactar a mi nana. Bueno la nana de mis hermanos. Ella se vino hace unos meses a Seúl y creo que estará encantada de cuidar a Jihoon. Es una mujer maravillosa.

—Kookie...

Jungkook de repente reaccionó, por dos cosas: lo había llamado Kookie y tal vez estaba siendo demasiado entrometido.

—Lo siento hyung, perdona, pensé que te ayudaría en algo, soy tan entrometido...

—No Kookie, eres un ángel —Jungkook se sonrojó y sentía que su corazón explotaría—gracias por eso, estoy seguro que será perfecta. Después me das su nombre y datos.

— ¿De verdad no te molesta mi presencia?, tal vez quieras estar solo con tu hijo.

Seokjin se acercó a Jungkook y acarició su mejilla —Eres un bebé Kookie...claro que a mí y a Jihoon nos gusta tu compañía. ¿No ves lo feliz que se pone cada vez que te ve?

Jungkook hubiese querido preguntarle si él también se ponía feliz al verlo.

— ¿Entonces llevamos a Jihoon al parque? —Se acercó al bebé y comenzó a hablarle. Necesitaba huir por un momento de los preciosos ojos de su hyung.

Cuando terminaron de lavar y guardar todo, decidieron que era hora de bajar. A pesar que Jihoon estaba dormido, consideraron que era bueno que estuviera al aire libre. Jungkook fue hasta su departamento para lavarse los dientes, tomar una manta, y los apuntes que se supone, estudiaría, aunque dudaba que con la presencia de Seokjin pudiera concentrarse.

Seokjin estaba nervioso. Se movía por el departamento, sin saber exactamente qué estaba haciendo. Era un inocente paseo al parque de enfrente, pero se sentía casi en una cita. Primero arregló y abrigó un poco a Jihoon, preparó su biberón, pañales, toallitas, etcétera. Luego se miró al espejo. Tenía ojeras y sus lentes ópticos no le favorecían (al menos eso pensaba él), pero ya no tenía tiempo para ponerse los de contacto. Finalmente sólo lavó sus dientes, se puso un poco de bálsamo labial y fue a cambiarse la camisa.

Cuando Jungkook volvió, se veía tan bonito. Realmente era un chico muy guapo. Tanto que se quedó paralizado mirándolo.

— ¿Nos vamos hyung?, ¿me dejarías empujar el coche? —Jungkook al verlo realmente deseó besarlo, sus labios carnosos brillaban. En ese momento se dio cuenta que estaba jodido. Definitivamente le gustaba mucho su vecino.

El lugar perfecto al que se refería Jungkook era debajo de un frondoso árbol, que no era demasiado grande como para quitar todo el calor de primavera ni tan pequeño como para no tener la sombra adecuada para el bebé.

Se sentaron en la manta que Kook había traído. Seokjin se apoyó en el árbol y puso a Jihoon a su lado, en la sillita. Mientras el sacaba su notebook y comenzaba a trabajar en aquellos planos.

El bebé había despertado y al parecer realmente disfrutaba estar al aire libre, más aún si había alguien haciéndolo reír mucho. Jungkook le hacía toda clase de morisquetas, y le cantaba canciones mientras aplaudía con sus manos. Sabía muchas canciones para estimularlo así es que podría haber pasado toda la tarde jugando con él. Pero Seokjin lo regañó y le pidió que estudiara.

—Hyung...eres un aburrido..., quería jugar con Jihoon, pero tienes razón, tengo que estudiar— Se sentó a su lado, también apoyado en el árbol y lo observó. Por un momento sus miradas se encontraron, pero rápidamente las apartaron.

El tiempo pasó rápidamente, Jungkook estudió, jugó con el bebé, le dio su biberón, pero por sobre todo habló con Seokjin. Era un hombre increíble. Inteligente, divertido. A pesar de la diferencia de edad, tenían gustos similares en la música, películas, incluso en política. Hablaron tanto que ninguno se había dado cuenta que Jihoon se había quedado dormido nuevamente y que ya era tarde.

Cuando subieron ya anochecía. Jungkook deseaba fervientemente seguir compartiendo con ellos, pero ya no tenía más excusas. Debía volver a su departamento.

—Gracias por el almuerzo y la compañía. Me divertí mucho. Espero que volvamos a repetirlo. Yo debería invitarte a almorzar la próxima vez.

—Me encantaría volver a almorzar contigo, Kookie. Nosotros también nos divertimos. Ahora ve a estudiar y descansar.

Ninguno de los dos dijo nada más, ambos estaban demasiado agobiados por las emociones que comenzaban a asomar en sus corazones.

Mi Pequeña FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora