Eran cerca de las 11 de la mañana, cuando Seokjin despertó. Se sentía bien, a pesar de haberse dormido cerca de las 4 de la mañana. Jungkook roncaba suavemente. Tenía su rostro enterrado en la almohada, aunque su brazo derecho rodeaba la cintura de Seokjin.
En un arranque de impulsividad, Jin levantó la sabana y lo destapó, quedando el trasero de Kook a su vista. Era precioso. ¡Tres veces lo había follado! Y se había sentido maravillosamente. La experiencia sexual que había experimentado la última noche, lo tenía sonriendo ampliamente. Claro que se habían complementado perfectamente en la cama, pero además, se habían prodigado toda clase de palabras dulces. Por eso el tener sexo se había convertido en esa cosa cursi que se llamaba "hacer el amor", porque en verdad se habían repetido muchas veces a lo largo de esas horas, lo mucho que se amaban y se necesitaban el uno al otro.
Imaginaba que Kookie, tendría el trasero adolorido cuando despertara, pues el jovencito no se había quedado quieto en ningún momento. Sólo cuando iba a alcanzar el orgasmo se dejaba caer en la cama rendido a las estocadas y toques que Seokjin le había prodigado. Pero en lo demás, Jungkook era un apasionado en la cama, dispuesto y entregado y eso lo tenía feliz.
Contra su voluntad, comenzó a despertarlo. Pues debían arreglarse, comer algo e ir no sólo en busca de su hijo, sino que además debían almorzar con sus padres.
—Kookie..., Kookie...—lo removía suavemente, para finalmente masajear su trasero y recorrer su espalda.
El menor sintió las manos tibias y pesadas de Jin y comenzó a removerse suavemente. Las recordaba perfectamente. Esas mismas manos habían sostenido sus caderas mientras lo penetraba sin compasión. Sonrió entre sueño por el hermoso recuerdo.
— ¡Hey! No me digas que quieres ir por la cuarta ronda, porque te voy a acusar de abuso juvenil si sólo intentas meterme la punta de tu pene...—decía esto mientras se estiraba y sentía el dolor aquel que sólo había sentido la primera vez que tuvo sexo.
—Bebé..., tú insistías tanto anoche que te lo hiciera fuerte...y yo no me puedo negar a lo que me pidas. Pero podemos descansar, te prometo que no te tocaré en una semana.
— ¡Tampoco exageres!, ya estaré bien para la noche. Sólo necesito un buen analgésico y una ducha caliente—Jungkook besó a Seokjin. Estaba tan feliz, se sentía completo ahora. Realmente había sido una noche maravillosa y más maravilloso era despertar a su lado.
—Te amo Jungkook, gracias por confiar en mí y dejarte llevar...
Volvieron a los besos y abrazos apasionados. Seguro que si la figura de un pequeñito no hubiera cruzado sus pensamientos, hubiesen continuado.
—Jihoon..., tus padres... ¡dios! No sé si podré...
—No tienes nada que temer. Yo estaré ahí y mi madre tendrá que disculparse por todo lo que te dijo. Ahora vamos a ducharnos y prepararnos.
Fue así, como después de ducharse, comer algo a la rápida y dejar ordenado el departamento, un nervioso Jungkook y un relajado Seokjin salieron a buscar a su hijo y a compartir con los abuelos de la criatura.
Había tomado dos analgésicos antes de salir de casa, en medio de las bromas de Seokjin acerca de "haberle quitado su virginidad" y otras tonteras más, pero aún sentía en su cuerpo los efectos de la noche de pasión vivida. Trató en todo caso de bajarse dignamente del auto estacionado en la enorme casa de los Kim. Una empleada les abrió la puerta y saludó cordialmente, indicándoles que los dueños de casa se encontraban en la terraza, junto a la piscina. Jungkook no pudo dejar de sentir un estremecimiento ante el inminente encuentro con su "querida suegra". Seokjin notó ese nerviosismo y enlazó firmemente su mano a la de Kookie.
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Mi Pequeña Familia
FanfictionSeokjin regresa a Corea, luego de divorciarse en Estados Unidos. Con un bebé en sus brazos y sin tener idea de ser padre, pero con la esperanza de construir una vida con su pequeño. Jungkook es un estudiante universitario que ama a los niños y que...