Una Cena

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La alarma sonó y el día comenzó.  No me había preparado las cosas la noche anterior, por lo que llegué tarde al colegio. Fui de mal humor, no había desayunado y tenía matemática en la primera hora, mi materia menos preferida.

En vez de prestar atención, estuve pensando en aquella noche. Le dejé mensajes pidiéndole perdón por lo sucedido, pero no contestó ni uno. No la culpo, yo tampoco me hubiera contestado. También estuve pensando en como me evitó desde que llegamos al colegio, me evitó descaradamente. Pero tampoco la culpo por eso, yo también me hubiera evitado.

En el recreo, ella se me acercó mientras hablaba con Frankie. O más bien mientras Frankie me hablaba ya que yo no emitía palabra alguna. 

-Hola Clawdeen- Me tocó el hombro- ¿Podemos hablar?

Draculaura me llevó a un rincón solitario para hablar más en privado. Nos quedamos mirándonos por unos segundos:

-Drac, lamento mucho lo de la otra noche, no fue mi intención y fue...

-Un error- dijo ella rápidamente. Sin ganas de lastimarme, pero por alguna razón, me lastimó.

-...Si... eso... un error.

-Clawdeen, estaba... confundida. Lo lamento si te hice pensar otra cosa o...

-Está bien- miré para otro lado, en un intento de controlar mis lágrimas. No la podía ver a los ojos.

Nos despedimos y me fui primero corriendo. No quería estar allí. No quería seguir viéndola a los ojos.

Fui a donde estaba Frankie y hice como si nada pasara. Como si no quisiera largarme a llorar en ese preciso momento.

Al llegar a casa me puse a estudiar. Tenía una prueba muy importante al día siguiente, si no la aprobaba me llevaba la materia a diciembre. Estaba resolviendo ejercicios de funciones cuadráticas, hasta que vi su auto frenarse en la cuadra de enfrente. Miré por la ventana como una vieja chismosa. Luego ella bajó del auto y Claw apareció. 

Empezaron a hablar entre ellos mientras yo trataba de descifrar de que estaban hablando, hasta que, inesperadamente, Claw la besó, y ella, aceptó el beso. Me quedé quieta observando la dolorosa escena, hasta que se subieron juntos al auto y se fueron.

 Me volví a sentar en la silla, y me puse a llorar. ¿Por que? No sé. No sabía porque me lastimaba tanto. Aunque ella me gustaba, nosotras no éramos nada. No fuimos nada. 

Los días pasaron. Draculaura y yo ya habíamos perdido el contacto. Solo nos dirigíamos alguna que otra mirada incómoda, pero ni una palabra. Esa era la razón para deprimirme. Me dolía perderla. Ella era mi mejor amiga, desde siempre fue así. Su ausencia era notable. Muy  notable.

Mi mamá en ningún momento se enteró de la ruptura de su hijo, por lo tanto, tampoco se enteró de que volvieron a estar juntos. Y ella, inocentemente, la invitó a cenar con nosotros. No me pude escapar, así que a las ocho de la noche ella tocó ella tocó el timbre.

Mamá la saludó cálidamente, ella la adora a Draculaura. Siempre dice que ella es la novia perfecta para Claw: Dice que es linda, educada y amable. Mi tipo ideal.

Durante la cena me quedé callada. No tenía a Howleen para hablar. Ella, a pesar de las negaciones de mamá, salío con Twyla. Draculaura no me miró ni por un segundo. A diferencia de mí, que la miré toda la cena. A nadie le importó mi silencio, salvo mi mamá que luego de la comida me preguntó que me pasaba, pero le mentí diciéndole que me dolía la cabeza.

Después de terminar de comer, a Claw le empezó a doler la panza, así que mi mamá me pidió un favor.

-Ay, Clawdeen ¿La podés llevara Draculaura a su casa? A tu hermano le duele mucho la panza y quiero estar con él un rato.

-Claro... No hay problema- Mentí. Otra vez.

Nos subimos al auto y fuimos rumbo a su casa. En todo el trayecto estuvimos en silencio.

-Y... ¿Cómo estás? Hace mucho no hablamos...

No hablé. Estaba concentrada manejando. Tampoco quería hablarle.



Solo Amigas?..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora