Suelta una respiración suave.
Un suspiro.
El aleteo de una mariposa.
El rozar de las pestañas en las mejillas.
Él rozando con sus labios su cuello.
Ella suspirando con los ojos cerrados.
Él paseando la yema de los dedos por su espalda desnuda a las tres de la mañana.
Ella sonriendo contra la almohada.
Él quedándose dormido con el rostro sobre su espalda.
Ella inmóvil bajo su abrazo.
Él.
Alejándose mientras duermen.
Ella.
Despertando vacía.
Y es ahí. Cuando abre los ojos a mitad de la noche y siente el frío calarle los huesos.
Y es ahí. Cuando despierta enredada en las sabanas y se sienta en el marco de la ventana.
Tic, tic, tic.
La llama enciende.
El encendedor le quema los dedos. El frío le cala el alma.
Un Camel cuelga de sus labios. No le gustan.
Pero a él le encantaban.
Observa el humo volar. Alejarse y dispersarse.
Tiene el cabello revuelto y el cuerpo enredado en la sabana.
Cierra los ojos. Casi puede sentirlo suspirarle contra la piel.
Y es que no es suyo. Ni de nadie. Pero ella tampoco es de él. Ni de nadie.
Son piezas que nunca encajaran con nada. Ni siquiera juntos. Pero se juntan a la fuerza, porque se necesitan con desespero.
Pero acaban volando por los aires.
Y ella esta perdida entre sus cigarrillos y las caricias de él.
Y él suspira por los labios de ella y por sus cervezas.
Y es que juntos no se hacen ningún bien. Pero sí que lo pasan bien.
Siente unas manos tirarle del corazón. Y unos dedos escurrirse entre la sabana.
Vuelve conmigo a la cama, Insomnia. Quiero sentir tu piel un poco mas. Y formar constelaciones con tus lunares.
Apaga el cigarro y le deja tirarle la sabana. El cuerpo pálido y desnudo expuesto ante él.
Después de todo, Insomnia y Midnight no son nada el uno sin el otro.
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Dientes de León.
PoetryDe cosas que no tienen sentido. O si. No se. De cosas frágiles. Como los dientes de león.