Mi pequeño Sid. (II)

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Sé que dije que iba dejarte ir. Que no iba a gastar más palabras en ti. Pero, cielo, te vi. Justo frente a mí. Y vi cómo tú caparazón desaparecía un poquito cuando estabas con mis amigos.

Y vi esa parte honesta de ti que tanto echaba de menos. Porque no estabas sonriendo a cada rato con falsedad sino que sonreías con sencillez. Como si no tuvieses la mascara puesta.

Y creí haberte superado, pero no fue así. Porque me quedaba viendo como jugueteabas y bromeabas, y sonreía. Y eso no esta bien, cariño. No esta bien porque no debería sonreír mirándote hacer cualquier cosa. No debería querer mantener mis manos encima de ti constantemente. Debería ser capaz de mirarte a los ojos. Y debería poder sacarte de mi cabeza. Pero no puedo.

Y, ¿qué le vamos a hacer? Si, aunque no quería, perdí mi corazón contigo una vez más.

Pero no voy a decir nada. No voy a dejarte ver cuan enamorada estoy de ti otra vez. Porque sé que ahora no lo vas a aceptar. Sé que ahora todo lo que eso provocaría es desastre. Y lo acepto. Porque prefiero tenerte cerca pero no tenerte. Que perderte.

Te quiero tantísimo, mi pequeño Sid.
Con cariño,
K.

Dientes de León.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora