Relativo.

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Es gracioso cuando creemos conocer a las personas por lo que escriben. Sí, nos dejamos parte del alma y de nuestro ser en nuestra palabras. Plasmamos un poco de nosotros en cada letra.

Pero no nos pegamos en el papel. No es como copiar y pegar nuestra esencia en una hoja de papel o en una página web. Es ponerle un trocito de nosotros a todo.

Hay enigmas que nunca serán resueltos. Hay personas que en un principio crees conocer, comprender. Por lo que escriben. Por lo que piensan. Por lo que expresan. Pero las palabras son engañosas y un usuario no lo dice todo.

Algunas veces creemos comprender a una persona, pero, cuando hablas directamente con ella y no te conformas con sus escritos, te das cuenta que no es así. Que es confusa y que no es como tú creías y entonces florece una sensación en el pecho de comprensión y vacío que antes no estaba. Y entiendes que los comentarios no lo hacen feliz, al menos, no realmente feliz. Entiendes que no puedes clasificar a una persona por sus palabras. Porque nunca podrás comprender completamente cuando se trata de esa persona y cuando se trata de su personaje.

Cuando una persona tiene esa capacidad de trasmitir cosas a través de letrás es mas sencillo ser un fiel observador de la distancia que intentar ser uno más de los que dicen comprenderlo pero no lo hacen. No realmente.

Dientes de León.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora