cinco.

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a la mañana siguiente amanece sobre la cama de esteban, con el cuello y el brazo derecho adoloridos por la incómoda posición. apenas se puede mover entre los cuerpos dormidos de felipe y matias.

con un poco de esfuerzo toma su celular de uno de los bolsillos traseros de su pantalón, comprobando la hora. seis y media.

no falta mucho para tener que partir hacia la zona montañosa para seguir grabando, por lo que con cuidado de no despertar a sus amigos se levanta de la cama y sale de la habitación ajena.

quiere mucho lavarse los dientes y el rostro, odia la sensación del mal olor en su boca y sus ojos hinchados.

pero cuando llega a la puerta de su propia habitación, recibe un fuerte golpe de realidad. sabe que blas estará del otro lado, probablemente dormido. traga saliva, completamente nervioso de tener que ver al pelinegro tan temprano.

con algo de miedo abre la puerta frente a él con su tarjeta de acceso. lo primero que puede ver son los cabellos oscuros del más alto contrastando con la almohada blanca, y luego su rostro dormitando.

entra a la fría habitación y cierra la puerta detrás de él de manera suave, cuidando el no despertar al otro.

y en completo silencio se dirige hacia su propio placard para sacar una muda de ropa limpia, luego caminando de puntillas de pie hacia el baño.

[...]

cuando baja a desayunar, puede ver a algunos de los chicos ya sentados en las mesas del comedor del hotel donde se están hospedando.

esteban le hace señas y lo llama desde su silla, invitándolo a sentarse a desayunar con él y los demás en su mesa.

con una sonrisa tímida en su rostro camina hacia ellos, llevando su desayuno caliente en sus manos.

—¿cómo dormiste, amigo?—es lo primero que le preguntan una vez que se sienta en la silla de madera barnizada.

—bien...—responde mientras destapa su vaso de café con leche.—pero me levante con dolor de cuello por culpa de felipe y matias.

—yo te dije que te fueras con blas a tu habitación para dormir más cómodo, pero no quisiste.—le dice su amigo de ojos celestes.

no dice nada ante el comentario, dándole un sorbo al café mientras los otros a su alrededor se ríen y cambian de tema.

y en los siguientes minutos logra relajarse, disfrutando de su desayuno y la compañía. todos en la mesa tienen algo para decir, algo que generalmente provoca risas y un buen ambiente entre ellos. es cómodo.

pero comienza a sospechar que el relajarse no es algo que él tenga permitido, al menos no estas últimas horas.

—¡blas veni acá!—grita esteban mientras mira justo detrás de su espalda. se niega a girarse.

sus ojos viajan por toda la mesa, mirando los desayunos de los demás y sus rostros mañaneros. mira todo a su alrededor, menos la figura alta que se para justo a su lado mientras saluda a esteban con un abrazo y a los demás con un "buenos días" muy animado.

—buenos dias, juani.

siente un nudo en la garganta que no le permite corresponder el saludo al pelinegro.

y como en la noche anterior, blas se sienta frente a él. no lo mira, pero sabe que esto no es una coincidencia, el otro quiere molestarlo de alguna forma.

el desayuno transcurre normal luego de eso, con todos riendo y charlando mientras los minutos pasan.

y entonces sus ojos terminan sobre el más alto sin que pueda evitarlo, viendo su rostro mientras conversa entretenidamente con felipe. sus labios se mueven en cada palabra, sus ojos oscuros concentrados.

blas es lindo, muy lindo.

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holaaa :D queria aprovechar este capitulo para decirles que estoy muy feliz y agradecida por el apoyo que le estan dando a esta historia. sus comentarios y votos me motivan mucho a escribir y subir capitulos diarios.

de verdad muchas gracias por el apoyo. <3

tensión ; juan x blas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora