seis.

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bosteza con cansancio notable mientras se acomoda sobre la silla acolchada, mirando en dirección hacia donde los demás se encuentran grabando una escena. su espalda duele y tiene frío aunque esté bien abrigado. necesita mucho un café caliente en estos momentos.

lleva sentado varios minutos, tal vez media hora. sus escenas de hoy ya fueron grabadas, pero debe esperar a los demás para partir juntos hacia el hotel.

se siente cansado por la falta de sueño, solo quiere llegar al hotel para correr hacia su habitación y dejarse caer sobre su suave cama. quiere tanto dormir durante largas horas y horas.

—¿estás bien?—le pregunta felipe mientras se sienta a su lado. lo mira con algo de preocupación dibujada en todo su rostro aniñado.

—si amigo, no te preocupes.

agradece genuinamente lo atento que el otro es con él. siempre preguntándole cómo se siente y aconsejándolo cuando lo necesita. es un buen amigo.

—por suerte ya falta poco para irnos.—dice felipe mientras sonríe, apoyando una de sus grandes manos sobre su pierna derecha.—y vas a poder dormir, que se te nota bastante la cara de cansado.

se ríe levemente mientras apoya una de sus propias manos sobre la mano ajena, dándole un apretón juguetón. la mano del alto se cierra sobre su muslo, donde está apoyada.

—lindos muslos tenes, juani.

y los dos se ríen juntos por el comentario repentino de felipe.

[...]

tan pronto como llegan al hotel, se despide de sus amigos y compañeros para caminar rápidamente hacia el ascensor más cercano. hoy no está dispuesto a cenar y charlar.

cuando entra a su habitación, va directamente hacia el baño para lavarse los dientes y la cara... puede bañarse en la mañana siguiente.

se mira en el espejo frente a él, notando las bolsas oscuras que se forman bajo sus ojos. la falta de sueño y el esfuerzo comienzan a notarse cada vez más. no le gusta.

minutos después puede oír la puerta de la habitación ser abierta y cerrada desde donde se encuentra, y no duda en que se trata sobre blas.

—¡¿estás en el baño?!—grita el pelinegro, confirmando así sus sospechas.

traga saliva antes de obligarse a responder.

—¡si!

toma la toalla de manos que cuelga junto al espejo para secarse la cara una vez que termina.

y cuando sale hacia el encuentro con el pelinegro, lo ve acostado en su propia cama. tiene los brazos cruzados debajo de su cabeza y sus ojos están posados sobre el techo.

¿debería decir algo? ¿saludarlo, tal vez?

—¿estás cansado?—pregunta antes de detenerse a pensar bien en qué debería decir.

el otro tarda en responder, pero finalmente lo hace.

—un poco.—su voz grave le causa un escalofrío inesperado.—me duele la cabeza.

—felipe hoy tenía pastillas para el dolor de cabeza en su mochila, podes pedirle una.—ofrece amigablemente.

ve la mandíbula del otro apretarse ante sus palabras, ¿dijo algo que no le gustó?

decide caminar hacia su propia cama cuando blas simplemente no le responde, solo asintiendo levemente con su cabeza.

deja su celular sobre su pequeña mesa de luz, junto a su billetera y su tarjeta de acceso a la habitación.

—sos muy amigo de felipe por lo que veo.

las palabras del más alto lo toman por sorpresa, congelando su cuerpo entre el espacio de las dos camas. no sabe que significa aquello, pero sin dudas no es algo que esperaba escuchar.

—¿por qué?—es lo que puede preguntar.

y antes de que pueda decir o hacer algo más, el pelinegro se levanta de la cama y se acerca a él, obligándolo a elevar su mirada para poder observar su rostro serio. está demasiado cerca, poniéndolo nervioso.

—¿por qué me ignoras?—pregunta. exige.

sus ojos nunca abandonan los suyos.

—y-yo no te estoy ignorando, blas.—el temblor y el tartamudeo en su voz es evidente para ambos. puede sentir el calor que se acumula rápidamente en sus mejillas.

ninguno dice nada por los próximos segundos, simplemente mirándose el uno al otro. aunque quieran apartarse no pueden, es como si un imán invisible los acercara.

—no-

sus palabras y su respiración se cortan cuando el otro lo toma por la mandíbula con una de sus grandes manos, finalmente rompiendo la distancia entre ellos y uniendo sus labios en un beso secretamente deseado por los dos.

tensión ; juan x blas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora