Intente de varías maneras de acercarme a Saiki, usando cualquier tipo de excusa, proyectos, tareas e incluso llegue a meterme en un problema "amoroso" con Teruhashi solo con la intención de tener una platica normal con él.
Fueron tantas veces que podría hacer una rellenar todo un cuaderno de notas y me faltarían hojas, pero ahora solo nombraré las más escenciales.
Primer intento.
El ruido constante del salón se mezclaba con las risas y conversaciones dispersas de mis compañeros. Para mí, todo eso era un fondo opaco. Mi enfoque estaba fijo en el asiento de Saiki, quien parecía completamente ajeno a la bulla mientras resolvía uno de esos ejercicios matemáticos que a mí siempre me daban dolor de cabeza.
Mi oportunidad.
Tomé mi cuaderno y mi lápiz, fingiendo una expresión de desespero mientras le daba un sorbo a mi café, mirando de reojo cómo sus antenitas brillaban levemente con el reflejo de la luz. Me levanté de mi asiento con pasos determinados, mi objetivo claro: un momento, aunque sea breve, para poder interactuar con él.
—¡Uy, no! ¡Pero qué ejercicio más difícil! —exclamé en voz alta, con la esperanza de atraer algo de su atención. Saiki ni se inmutó, pero eso no importaba. Yo ya había planeado mi siguiente movimiento. Con una sonrisa amplia, caminé hacia su asiento, donde el lugar de Chiyo seguía vacío gracias a que había ido al baño.
Me senté sin permiso, dejando caer mi cuaderno sobre su pupitre con cierto dramatismo.
—¡Antenitas~! ¿Me ayudarías con este ejercicio? No lo entiendo.
Esperé. Y esperé. Pero Saiki no me respondió, ni siquiera levantó la vista. Solté un suspiro audible, asegurándome de que lo escuchara, pero nada.
Bien, Plan B.
—Oye... —incliné un poco mi cuerpo hacia él—, te estoy hablando.
Esta vez intenté tocarle el hombro para llamar su atención, pero con una velocidad que rayaba en lo sobrenatural, giró hacia mí y evitó que siquiera lo alcanzara. Sus ojos morados se cruzaron con los míos, pero su expresión no mostró ningún cambio.
—No me molestes, estoy ocupado.
Fruncí el ceño, casi podía sentir cómo mi paciencia se tambaleaba. Me armé de valor, porque si algo tenía claro, era que no me iba a dar por vencida.
—Kusuo, dime, ¿qué hice mal? ¿Por qué estás enojado conmigo?
—No hiciste nada mal y no estoy enojado. —Su tono era plano, monótono, como si quisiera terminar rápido la conversación—. Solo no quiero estar contigo.
Sus palabras me golpearon un poco, pero no iba a dejar que eso me detuviera. Volví a sonreír, porque sabía que mi mejor arma con él era la insistencia.
—¿Es porque descubriste que esa vez que fui a tu casa yo me comí tu gelatina de café y te mentí diciendo que había sido la cucaracha? —dije de forma dramática, llevándome una mano al pecho.
Saiki levantó una ceja, claramente confundido.
—¿De qué hablas? Ni siquiera me importó que te comieras la gelatina.
—¿Espera? ¿Ya sabías eso?
—Claro, eres terrible mintiendo, ni siquiera Yuta, que es un niño, miente tan mal.
Su tono burlón encendió algo en mí. ¿Se estaba burlando de mí? Una sonrisa traviesa se asomó en mis labios.
—¡Ku! Te atrapé, solo estás fingiendo estar enojado conmigo.

ESTÁS LEYENDO
Mi burbuja explosiva | Saiki Kusuo × Oc
FanficShimizu Hiromi, una psíquica cambia formas que odia su forma femenina y no le interesa para nada estar en una relación, aunque su madre esté constantemente insistiendo en eso. La mayoría de su adolescencia la paso con otro aspecto y esta dispuesta a...