Convencer a Kusuo Saiki de algo era como intentar mover una montaña, pero esa mañana estaba decidida. Entré a su habitación con la energía de una tormenta, sosteniendo mi teléfono en alto y una sonrisa de complicidad que sabía que lo haría fruncir el ceño.
—¡Kusuo! —lo llamé mientras me inclinaba hacia su escritorio, ignorando deliberadamente cómo desviaba la mirada—. ¿Sabías que en tu cafetería favorita hay un especial para chicas? ¡Postres y bebidas gratis!
Por un segundo, solo un segundo, vi algo en sus ojos. Una chispa de interés que intentó apagar rápidamente con su típica cara seria. Casi podría haber creído que la imaginé. Pero estaba ahí.
—No voy a hacer algo tan poco ético como transformarme solo para aprovechar una promoción —respondió, con ese tono que siempre usa para acabar una conversación.
No conmigo.
—Oh, vamos, Kusuo. —Me crucé de brazos, inclinándome un poco más para captar su atención—. Nadie lo sabrá. Y no es como si lo hicieras por diversión. Aunque... no negaré que verte como chica sería muy gracioso. —bromeé, esperando que eso lo empujara un poco.
Él suspiró, esa leve tensión en sus hombros que delataba que estaba cediendo. Y su mirada se suavizó antes de hablar.
—Está bien, pero solo esta vez.
Mis ojos se iluminaron de emoción mientras veía cómo, en un parpadeo, Kusuo cambiaba. Su cabello seguía siendo rosado, pero su cuerpo era ahora el de una chica pequeña y adorable, aunque su expresión seria seguía intacta, como si eso fuera suficiente para desviar la atención de su nueva apariencia.
—¡Sabía que solo te hacías de rogar! —exclamé divertida, cruzándome de brazos mientras lo miraba de arriba abajo.
—Di lo que quieras, burbuja tonta —respondió rodando los ojos, pero su nueva voz, suave y dulce, hizo que la escena fuera aún mejor.
No pude evitar inclinarme un poco hacia él.
—Qué linda —dije con una sonrisa arrogante, disfrutando del momento—. Ahora yo soy el chico alto, guapo y fuerte, y tú la chica pequeña y adorable. Míranos, hacemos una pareja increíble.
Él suspiró, claramente impaciente—. Deja de decir cosas tontas y vuelve a tu forma original. Necesitamos ir a la cafetería.
Aunque accedí, no pude evitar sonreír. —Admítelo, hacemos un buen dúo.
Él se acercó a mí, comparando nuestras alturas con una leve sonrisa en su expresión.
—Mira quién habla. Dices que soy pequeño en mi transformación femenina, pero tú eres incluso más pequeña.
—Yo soy tres centímetros más alta que tú cuando soy chico —repliqué, tratando de sonar triunfante.
—Hablas de ser alta, pero en tu forma masculina eres solo tres centímetros más alta que yo como chica.
—¿Y eso qué? —repliqué, fingiendo indignación
Él bufó—. Pequeña en tu forma masculina y pequeña ahora. Enana es tu estado natural.
—Uy, ya no juego —dije, fingiendo rendirme, aunque no pude contener la sonrisa que se formaba en mis labios.
Cuando salimos de su casa, mi emoción comenzó a desvanecerse. Las calles estaban llenas, y las miradas de los demás parecían clavarse en mí como cuchillos. Traté de caminar con normalidad, pero no podía evitar encogerme. Mis manos temblaban, y sentía que mis pasos se volvían más pequeños a medida que avanzábamos.
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Mi burbuja explosiva | Saiki Kusuo × Oc
FanfikceShimizu Hiromi, una psíquica cambia formas que odia su forma femenina y no le interesa para nada estar en una relación, aunque su madre esté constantemente insistiendo en eso. La mayoría de su adolescencia la paso con otro aspecto y esta dispuesta a...