3 El Encuentro con el Oráculo

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Se da cuenta de que los coches son sorprendentemente silenciosos. De repente, un desconocido le pregunta:

—¿Quién eres? ¿Quién te manda?

Jonás, aún confundido, responde:

—Nadie, ¿por?

El tipo lo agarra del brazo y trata de retorcerlo. Jonás recuerda una lección de su entrenador, reacciona instintivamente y se defiende. La mujer que se acerca le pide que lo deje.

—Déjalo, déjalo, no le hagas nada, por favor.

Jonás se relaja, y el tipo se presenta como Billy, la mujer como Marta. Comienzan a burlarse de la ropa de Jonás, quien responde con una sonrisa.

—Soy Jonás, encantado. Vosotros también sois curiosos con la ropa.

Marta parece no entender la ironía. Jonás analiza a Billy y Marta, describiendo sus apariencias y personalidades. Luego, Billy le pregunta a Jonás a qué se dedica, y este responde que es científico especializado en física teórica y matemáticas complejas. Marta murmura algo a Billy, quien reacciona sorprendido.

—Científico, debes ligar mucho por los bares, ¿no?

Jonás lo mira extrañado.

—Yo ligar, no. De donde vengo, somos bichos raros.

Marta le susurra a Billy y aceleran el paso. Jonás sigue sus instrucciones, gira a la izquierda en el callejón y corren. Se refugian en una habitación donde Marta enciende una linterna. Después de unos minutos en silencio, Marta abre una segunda puerta.

Billy le dice a Jonás:

—Espera aquí, después vendrá a hablar contigo.

Los minutos pasan, pero nadie aparece. La habitación es pequeña con un escritorio y una cama. Jonás pierde la esperanza de que alguien venga a hablar con él, al menos ese día.

Cuando se estaba quedando dormido, abren la puerta. Aparece Billy y dice:

—Sígueme.

Jonás da un pequeño salto, apoya los pies en el suelo, se levanta y sigue a Billy. Salen a la izquierda; hay una pared de frente, otra puerta, y a la derecha un pasillo. Llenado por el pasillo, van a una sala con una mesa grande. Delante de esa mesa, hay dos tablones grandes con papeles y fotos; Jonás no consigue leer lo que pone en los papeles. La mesa la preside un hombre; a su izquierda, una mujer; y a la derecha, Marta.

El hombre que preside la mesa coge aire y dice:

—Siéntese, por favor.

Jonás se sienta; Billy le lleva un vaso de agua y se lo pone al lado en un posavasos. Billy asiente con la cabeza y se va.

—Hola, Jonás, me llamo Pedro. Sé que tienes muchas preguntas. Espero responder a todas, pero antes te voy a preguntar algunas cosas.

Jonás asiente.

—¿Usted ve las puertas?

Jonás no sabe qué responder:

—Define puertas.

Pedro se ríe:

—Me recuerdas a alguien, y aún no sé a quién.

Jonás mira a Pedro extrañado. Pedro da un sorbo al vaso de agua y lo deja en el posavasos. "- Por lo que sabemos, hay gente que puede ver las puertas traseras. Son puertas que te hacen viajar en el tiempo o a multiversos. Un doctor descubrió que si oscilan las cuerdas y estas vibran a un tono bajo, aparecen estas puertas. En algunas zonas, en vez de puertas, son agujeros. Cuanto más vibre la oscilación, más rápido van y con más frecuencia aparecen."

Puertas Traseras  #CheyllsAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora