7 El Asedio de la Ciudadela

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Billy, desconcertado, preguntó si Jonás le había contado algo. El Oráculo explicó que le dijo lo que quería oír y que, si no está dispuesto a creer en él, no podrán hacer nada. A pesar de la duda de Billy, el Oráculo insistió en que Jonás, según la profecía, será capaz de cerrar las puertas.

La Ciudadela se distribuye en tres murallas. La primera es de contención, seguida de un prado con trampas y obstáculos hasta la segunda muralla. De esta a la puerta, hay obstáculos y trampas de madriguera. Las tres puertas, gigantes y redondas, se cierran como puertas blindadas de banco, con un sistema eficiente entre ellas. La seguridad incluye infrarrojos y metralletas pesadas en caso de intrusos.

Dentro, hay tres tipos de entradas: un ascensor, escaleras utilizadas por aspirantes a soldados y conductos de evacuación. Billy describe la plaza central con una escultura que simboliza la paz, un parque y calles con casas de hasta tres plantas.

En el fondo de una avenida se encuentra un castillo llamado "La Gran Roca", esculpido en la roca viva por un maestro cantero. Desde el aire, se aprecia la disposición cuadrada de los bloques de viviendas conectados por una calle principal que llega a la plaza del castillo.

Avisan a la torre de control desde el exterior.

—Nos están atacando, por ahora aguantamos.

Desde la torre, Lily le dice:

—Aguanten todo lo que puedan, y si no hay más remedio, activar la PE.

Fuera de la ciudadela, está el cazador Xian, el comandante en jefe de las tropas. En la guerra, fue decisivo para ganarla, gracias a la estrategia en tres bandos en la colina del gallo.

Desde la primera muralla, se ve en la lejanía un montón de soldados, y cada vez llegan más, parece un mar de gente.

Xian mira hacia atrás y ve que cada vez vienen más soldados. Xian sonríe y le dice a un capitán de tropas:

—Mañana asediad la gran roca.

Mientras tanto, Billy no se separó de Jonás.

Fuera de la ciudadela, todo estaba en calma excepto que había más de un millar de soldados.

En la sala de defensa, Lily, Pedro y Marta están pensando en la mejor defensa, mientras discuten, en la sala entra la almirante Noa.

—Hola, estrategas...

Los tres la miran; Lily sonríe.

—Siempre es un placer estar en tu compañía.

Pedro mira el mapa en 3 dimensiones y dice:

—Hola almirante, podemos proteger el ala oeste, que es la zona más vulnerable, y poner los cañones de águila de refuerzo.

Noa mira el mapa y le dice a Marta:

—Tapar las salidas de las minas y cuevas, solo dejar la salida del norte, y si llegase el caso sellarla, dejarlo todo preparado.

Marta asiente y se va. Lily la mira con cara de exagerada.

—No sé por qué mandaste tapar las salidas de las cuevas, no van a entrar.

Noa le mira enfadada.

—¿Y cómo sabes que no van a entrar? Tienen un ejército que nos supera 4 a 1, y no tengo ganas de que entren aquí y maten a todos los niños y ancianos, mi responsabilidad, mis normas.

—El oráculo dijo que "él" estabilizaría las puertas.

—Déjate de los oráculos, que cuando estamos en problemas se va y nos deja vendidos. Dile que si decide venir, que no sea cuando ya no estemos aquí. Con el castillo asediado, también es fácil elegir bando. Ahora, si no tienes nada que aportar, vete.

Lily agacha la cabeza y se va. Noa, enfadada, le dice a Pedro:

—¿Sabes algo de los peregrinos?

—Están esperando órdenes detrás de la montaña del dragón. Cuando les hagamos la señal, atacarán.

—Vale, entonces vamos a hacer la defensa en roca y nos desplegamos como el ataque en alas del águila.

Pedro mira a Noa con cara de haber descubierto la rueda.

—Le voy a decir a Army lo que vamos a hacer en la defensa de la ciudadela.

Army estaba ocupándose de la defensa de arriba de la ciudadela. Noa le hace un gesto con el dedo, ok. Pedro va a hacerle una visita a Jonás, ve que está aún en el cilindro, pone cara de fastidio y se va. Los vigías estaban controlando a las tropas de los cazadores.

Desde el fondo de las tropas se escucha un cuerno de elefante. El sonido se mueve hacia la puerta de la muralla y también se le añaden tambores. El sonido cada vez es más fuerte; los vigías dan el aviso. Dentro de la ciudadela, comienza a sonar una alarma. Noe le dice a Army que lleve a los niños, ancianos y heridos a la cueva del pánico. Era una cueva muy segura; solo la conocen cuatro personas.

Army empieza a recoger a la gente para llevársela. Mientras tanto, fuera de la ciudadela, conforme van llegando los soldados de los cazadores, el sonido de guerra es más cercano. Los soldados hacen una defensa en tortuga con escudos, apenas las flechas con veneno dan a los soldados. Los que consiguen llegar a la puerta ponen cargas de explosivo térmico-nuclear. Desde la pasarela del vigía están utilizando los pulsares de energía inversa, son armas como subfusibles pero en vez de disparar balas, disparan pulsos de luz. Empiezan a caer como moscas, pero de repente, cuando aún los soldados de los cazadores están retrocediendo, explota la carga en la puerta, le hacen un agujero del tamaño de una piscina olímpica. Entran los soldados de los cazadores a tropel; desde la pasarela del vigía ordena que salgan los drones, son aviones no tripulados armados hasta los dientes. Cuando ya no tienen balas, hacen un kamikaze, llevan una pequeña bomba nuclear. Vistos desde la pasarela del vigía, parecen abejas gigantes; están dando algo de cuartel.

Los peregrinos causan muchas bajas por el lado oeste. Avisan a Pedro de que los que quedan se van a la ciudad santa.

Los cazadores sacan el PE jabalí, llegan hasta la puerta y pasan la primera. Llegan a la segunda, y el jabalí empieza a golpearla con pulsos de vacío. Se escucha un ligero "swnp swnp", y al rato abre un agujero en la puerta, entran los soldados de los cazadores, son miles; los drones no dan a basto.

Army dice:

—¡Retirada! ¡Vamos a la ciudadela!

Puertas Traseras  #CheyllsAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora