El equipo se puso manos a la obra. Prepararon el submarino, revisaron los trajes y se aseguraron de que todo el equipo estuviera en perfectas condiciones. Elena envió un mensaje a la corporación que financiaba la expedición, informándoles de los nuevos desarrollos y solicitando refuerzos en caso de emergencia. Horas más tarde, estaban listos para partir. Elena, Sara y Javier se subieron al submarino, con sus trajes Toupa puestos y listos para enfrentar lo desconocido. La bajada a las profundidades del océano fue tan tensa como la primera vez. El silencio solo era roto por el zumbido de los equipos y el sonido del agua contra el casco del submarino. Al llegar a la estación marina La Cúpula, Elena se comunicó con el campamento base en tierra para confirmar que todo estaba en orden. Luego, se prepararon para salir y enfrentarse a la puerta esférica.
—Recuerden, nuestra prioridad es encontrar a María y traerla de vuelta —dijo Elena mientras ajustaba su casco—. Pero también debemos recolectar tanta información como sea posible sobre el otro lado del portal.
Salieron de la estación y nadaron hacia la puerta. La puerta esférica brillaba con un resplandor etéreo, y los símbolos en su marco parecían más vivos que nunca. Elena sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero no permitió que el miedo la detuviera.
—Listos —dijo Elena, mirando a Sara y Javier.
—Listos —respondieron al unísono.
De repente, la puerta se activó y apareció el manto grisáceo. Elena, Sara y Javier se quedaron atónitos mirando la puerta, el miedo los paralizaba. Elena con valentía extendió la mano y tocó el manto gris de la puerta. Un cosquilleo recorrió su brazo, y de repente, el mundo a su alrededor cambió. Cuando abrieron los ojos, estaban de pie en un paisaje prehistórico. A lo lejos, podían ver el anillo de piedras verticales de Stonehenge. El cielo era de un azul profundo, y el sol brillaba intensamente.
—Lo logramos —murmuró Sara, con una mezcla de asombro y alivio.
Elena asintió, pero no había tiempo para celebraciones. Tenían que encontrar a María. Se acercaron al anillo de piedras, y en el centro del círculo, vieron a un hombre con una túnica gris oscura, tal como Elena había visto en las imágenes.
—¿Quién eres? —preguntó Elena en voz alta.
El hombre se giró y los miró con una expresión tranquila.
—Soy el Guardián de la Puerta —dijo en un tono sereno—. Ustedes han cruzado a través del tiempo y el espacio. ¿Qué buscan aquí?
—Estamos buscando a nuestra compañera, María. Ella cruzó esta puerta antes que nosotros y no hemos sabido nada de ella desde entonces —explicó Elena.
El Guardián asintió lentamente.
—María está a salvo, pero necesita ayuda para regresar. La puerta se cerró después de que ella cruzara, y solo puede abrirse desde este lado con un ritual antiguo. Yo puedo ayudarles, pero necesitaré su cooperación y conocimiento.
Elena miró a su equipo y luego al Guardián. Pero dentro de su cabeza se decía a sí misma: "¿Ritual? ¿Pero de qué va este delirio?"
—Haremos lo que sea necesario para traerla de vuelta.
El Guardián asintió y comenzó a explicarles el ritual. Consistía en posicionar las piedras de Stonehenge en una alineación específica y recitar una serie de palabras en un idioma antiguo que el Guardián les enseñó. Trabajaron juntos, moviendo las pesadas piedras con esfuerzo y precisión. Cada movimiento era crucial, y el Guardián los guiaba con calma y seguridad. Finalmente, las piedras estuvieron en su lugar, y el Guardián comenzó a recitar las palabras del ritual. Elena, Sara y Javier lo siguieron, pronunciando las palabras con cuidado. Al principio, no entendían muy bien lo que estaba pasando. Creían que era un sueño o algo peor, que al cruzar la puerta estaban en un estado de sueño REM y que su mente llenaba los espacios en blanco con la misión de ir a buscar a María. De repente, la puerta esférica volvió a brillar, y el manto gris apareció una vez más. María emergió del portal, sorprendida pero ilesa. Elena corrió hacia ella y la abrazó con fuerza.
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Puertas Traseras #CheyllsAwards
Ficção CientíficaLas puertas traseras son accesos temporales que permiten viajar a través del tiempo y el espacio de manera distinta a las puertas del tiempo convencionales.