Llega el equipo de Elena al laboratorio. Les hace pasar a una sala, baja las persianas que dan al interior del laboratorio y a la calle. Todos la miran un poco extrañados. Les explica lo que vio en las imágenes y en los vídeos. Todos se quedan con una expresión de alegría por que se abriera la puerta, pero, por el contrario, con un miedo atroz por no saber nada de María y dónde está. Uno de los integrantes del grupo de Elena es experto en geolocalización informática. Se pone a analizar la imagen. Por la inclinación del sol y por el paisaje del fondo y algunos parámetros más, ya sabe dónde está.
— Elena, ya sé dónde está María. — dice Sara.
— ¿Dónde? — pregunta Elena.
— En Stonehenge, en Inglaterra. — afirma Sara.
— Pero a esa conclusión llegué al ver la imagen.
— Ya, pero tenemos que ver las pruebas con ojos de científicos. Te explico, hay que decir en cuándo está. Al analizar la imagen, me di cuenta de que estaba en Stonehenge pero en la época de los que construyeron el monumento. — responde Sara.
— ¿Qué? ¿Y cómo hacemos para sacarla de allí?
— Pues, entrar por la puerta y rezar para que nos dejen en la misma época. — sugiere Sara usando la lógica.
Elena se le queda mirando pensativa. Empieza a andar de un lado para otro, se para y piensa que ella tiene que bajar a la puerta y conseguir dar con María.
— Veo que con las emociones del día, será mejor descansar y volver mañana por la tarde. Y recordad de esto no hablarlo con nadie. — comenta Elena.
Elena se quedó toda la noche en el laboratorio, pensando en mil maneras de cómo traer a María de vuelta. Su cabeza no deja de repetirle que baje hasta la puerta y entre, pero luego se detiene a pensar fríamente y recula un poco. Se sienta en el sofá de su despacho y se queda completamente dormida. Al día siguiente se despierta desorientada en el sofá. Al principio mira en todas direcciones, y de repente hace click y se da cuenta de que quedó dormida. Se levanta y se pone a trabajar en busca de una solución para traer a María.
Días después, Elena miraba el reloj mientras el equipo se reunía nuevamente en el laboratorio. La incertidumbre sobre el paradero de María pesaba sobre ellos como una sombra. Sin embargo, Elena sabía que no podían detenerse ahora.
—Bien, equipo, hemos identificado que María está en Stonehenge en una época pasada. Nuestra misión es clara: necesitamos encontrar una manera de cruzar la puerta y traerla de vuelta —dijo Elena, con determinación en su voz.
El equipo asintió, consciente del desafío que enfrentaban. Sara, la experta en geolocalización, levantó la mano.
—He estado analizando las coordenadas y la inclinación solar en las imágenes. Si entramos por la puerta con el equipo adecuado, deberíamos poder llegar al mismo lugar y época —explicó Sara.
—Perfecto —respondió Elena—. ¿Cómo están los preparativos para la nueva expedición?
—Estamos listos —dijo Javier, el ingeniero del equipo—. Los trajes Toupa están revisados y mejorados para soportar condiciones extremas en caso de que el portal nos lleve a un ambiente hostil.
Elena asintió, satisfecha con la respuesta.
—Muy bien. Sara, Javier y yo seremos el equipo que cruzará la puerta. Nos equiparemos con cámaras, sensores y todo lo necesario para documentar y analizar el entorno. Además, llevaremos equipos de comunicación por si encontramos alguna manera de transmitir datos a través del portal.
—¿Y si no logramos regresar? —preguntó Sara, con un tono de preocupación.
Elena la miró con seriedad.
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Puertas Traseras #CheyllsAwards
Ficção CientíficaLas puertas traseras son accesos temporales que permiten viajar a través del tiempo y el espacio de manera distinta a las puertas del tiempo convencionales.