CAPÍTULO 41 | IBIZA

22 0 0
                                    

▫Queen Castillo▫

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

▫Queen Castillo▫

Una vez habíamos terminado de recoger, Mar hizo café para todas, sirvió los postres que quedaron en las cajas y nos sentamos en la mesa de la cocina. Las chicas conversaban entre ellas, mientras mi mente estaba perdida en lo que sucedió en la cocina hace apenas unos instantes y solo repetía lo mismo.

¿Qué hubiera pasado si Lya no entraba a la cocina?

¿Hubiera pasado mis propios límites?

¿Hubiera dejado que Dylan me besara, aunque solo fuera por el puro deseo que sentía en ese momento?

Miré hacia la encimera donde antes estábamos Dylan y yo, y por unos instantes me permití fantasear sobre lo que hubiese pasado.

La electricidad que recorrió mi cuerpo cuando sus labios me rozaron, que me hizo enterrar con fuerza mis uñas en su ello, su mano en mi muslo, que gritaba que continuará ese corto recorrido... y sus labios sobre los míos, besándome con agresividad, fiereza, posesividad, mostrando toda esa furia que le corría por las venas.

—Te estás sonrojando —salí de mis pensamientos cuando escuché a Lya hablar. Por instinto toqué mis mejillas y Lya rio suave— ¿Qué estabas pensando?

—Nada importante.

—No parecía "nada importante" —insistió—.

—Solo fue algo sin importancia, Lya —ella se encogió de hombros—.

—Bien

—¿Nos vamos? —preguntó Gema—.

—Vale —respondió Leyla con simpleza—.

—Vamos, estoy agotada, necesito dormir hasta olvidar quién soy —habló Jessenia—.

—Muchas gracias por venir, chicas, nos vemos —Katie y yo nos despedimos de ellas—.

SEMANAS MÁS TARDE...

Los preparativos para la boda de Katie y Eizer ya estaban en marcha, querían que todo estuviera para el próximo mes. Ambos tenían a su disposición un gran equipo de personas contratadas por mi padre, para que toda la preparación fuera excelente y mi hermana tuviera la boda de sus sueños.

Cuando llegué de la universidad, escuché a mi padre tener una conversación por teléfono que captó mi atención, más concretamente porque mencionó la palabra negociación. Esperé a que finalizara la llamada para preguntar quién era.

—¿Quién era?

—Jeiza —respondió y mi expresión cambió—. Tiene en la mira a una banda con la que quiere negociar, se ha contactado con ellos para cerrar un acuerdo, nos reuniremos en Puerto Banús el próximo mes.

—¿Quiénes son?

—Voron, una banda rusa —¿Voron? Creo haber escuchado sobre ellos, pero no los recuerdo ahora.

LA BANDA. NUEVA VERSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora