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—¿Qué crees que debería ponerme para hoy? —le pregunte a mi madre mientras daba vueltas en su silla

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—¿Qué crees que debería ponerme para hoy? —le pregunte a mi madre mientras daba vueltas en su silla. Ella se encontraba dándole los últimos detalles al vestido que tenía que entregar la próxima semana.

—El vestido negro me parece bien —quito el alfiler de entre sus labios y lo coloco en el vestido—. Pero también el rojo es buena opción —se quedó un momento en silencio—. No, olvídalo, el negro esta perfecto. ¿Qué te parece?

Me gire hacia donde ella estaba y mire el vestido. Era color blanco perla, completamente pegado al maniquí, con una abertura en la pierna y, lo que le daba el toque, era el gran moño que tenía en la espalda baja.

—Es muy hermoso —me puse de pie y lo examiné más de cerca.

—Es una lástima que tenga que mandarlo a Italia. Se te vería hermoso.

Me gire a verla y ambas nos sonreímos. Si tendría que elegir a alguno de mis padres, sería a mi madre. No digo que no ame a mi padre, pero el lazo que tenía con ella era más fuerte, me sentía en confianza y sabía que podía decirle o hacer cualquier cosa y ella me apoyaría.

—Creo que es hora de que te comiences a arreglar —dijo—. No querrás estar a las prisas, ¿verdad?

Negué con la cabeza. Me acerqué a ella para que dejara un beso en mi mejilla y salí del estudio.

── ⋆⋅☆⋅⋆ ──

¿Sería muy chismoso de mi parte decir en el chat grupal que iba a conocer a nuestro profesor?

Tal vez.

Pero opte por mejor quedarme callada y esperar a que se llevaran la sorpresa en lunes. Extrañaría nuestra preciada hora libre.

—Mira hacia arriba —mamá coloco un poco de sombra debajo de mi ojo. Al ser una cena elegante, no podía hacerme el maquillaje de diario y ella decidió ayudarme—. ¿Puedes ponerte el labial mientras yo voy a retocarme el maquillaje?

Asentí. Se acerco a mí y dejo un beso en mi frente para después, salir de mi habitación. Tal como me lo había dicho, me coloque el gloss, junto con mis tacones. Cuando los usaba, era la única oportunidad que tenía para estar a la misma altura de los demás.

Me di una última vista en el espejo, el vestido se adaptaba perfectamente a mi cuerpo, y los tacones hacían ver mis piernas espectaculares.

—¡Maddison! —gritaron desde el piso de abajo.

—¡Ya voy!

Acomodé una última vez mi cabello y comencé a bajar las escaleras, antes de pisar el último escalón, pude detectar una tercera voz que desconocía por completo. Me acerque al lado de mi madre y entrelace mi brazo con el de ella. Papá estaba enfrente de nosotras, dándonos la espalda, hablaba con un hombre que era notablemente más alto que todos los presentes. Aun no podía ver el rostro del desconocido y eso hacía que mis nervios y emoción aumentaran.

𝒪𝓁𝒹ℯ𝓇 - Theodore Nott.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora