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Claro que me encantaban las vacaciones, tenía demasiado tiempo para mí, para pintar, estar con mi familia y ver a mis amigos, pero la única desventaja es que, al tener tanto tiempo libre mis pensamientos hacían de las suyas y me atormentaban cada ...

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Claro que me encantaban las vacaciones, tenía demasiado tiempo para mí, para pintar, estar con mi familia y ver a mis amigos, pero la única desventaja es que, al tener tanto tiempo libre mis pensamientos hacían de las suyas y me atormentaban cada que podían.

Por ello, esta vez decidí que mejoraría mis técnicas de pintura y probaría nuevas. Al ser una universidad de arte en general, no dudo en que me harían probar métodos que nunca habría usado.

El problema era que no tenía suficiente inspiración y ahora me encontraba frente a un óleo azul sin nada más. Me senté frente a él, buscando en mis recuerdos algo que pudiera plasmar. Era así hasta que dos golpes impactaron sobre mi puerta, era extraño, mis padres no estaban y, al tener la puerta abierta, Dobby se tomaba la libertad de pasar sin avisar. Levante mi vista hacia donde vino el ruido y me encontré a la persona que menos esperaba: Theo.

Me quede un momento petrificada sin saber que hacer, hasta que mis piernas reaccionaron y me acerque a él, lo tome por el brazo y lo adentre en mi estudio.

—¿Qué haces aquí? Es peligroso. Dobby pudo haberte visto —dije. Al tenerlo en frente note que expulsaba el aroma de su colonia varonil, llevaba el cabello peinado hacia atrás y portaba un traje bien planchado.

—Hola a ti también, cara mia —tomo mi mentón y dejo un casto beso sobre mis labios.

—¡No! —aparte su mano de mi rostro y lo mire fijamente—. ¿Sigues sin darte cuenta del riesgo de la situación?

—Tus padres no están, ¿no?

—No. Fueron con mis abuelos a hablar de nuestras vacaciones —cruce mis brazos sobre mi pecho.

—Entonces no veo el problema —sus manos se colaron hasta mi cintura y me jalo hacia él.

—¡Dobby está en la casa! —intente quitar sus manos de mi cuerpo, pero puso fuerza y se me hizo imposible.

—No se preocupe por mí, señorita —escuche la voz del mencionado detrás de mí.

Me gire de manera brusca en su dirección y, apresar de mi movimiento, Theo no quito sus manos de mi cuerpo, al contrario, me acerco más a él hasta que sentí mi espalda chocar con su cadera.

—¡Dobby! Esto... eh... —balbuceé.

—No se preocupe, señorita, ya lo sé —dijo en un tono tranquilo.

—¿¡Lo sabes!?

—Así es.

—Digamos que él y Kreacher son muy amigos desde hace años —sentí el pecho de Theo vibrar cuando hablo.

—Y no se preocupe, señorita Maddison —Kreacher apareció a un lado de Dobby—, todo este secreto está a salvo entre nosotros cuatro —guiñó un ojo.

¿Qué carajos estaba pasando?

Ambos mayordomos desaparecieron del estudio, cerrando la puerta detrás de ellos, dejándome a mí con una gran confusión.

𝒪𝓁𝒹ℯ𝓇 - Theodore Nott.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora