𝒪𝓁𝒹ℯ𝓇 - Theodore Nott.

16

Los pocos amigos que le conocía a Lorenzo no dejaban de mirarme mal cada que me los topaba. En la escuela no se llegó a esparcir el rumor de mi ¿relación? Con Theo, seguro que él les dijo que por mi culpa estaba suspendido o algo por el estilo, pero seguro que no llego a decir el porqué.

—¿Qué tanto miran, idiotas? —se les lanzo Pansy, provocando que el grupo de chicos retroceda un poco—. ¿No tienen nada mejor que hacer o qué?

—Basta —Blaise la tomo de los hombros y la alejo de ellos. Mi amiga no se opuso, solo siguió matando con la mirada a aquellos chicos.

Mattheo se aferró a mi brazo, ofreciéndome un poco de apoyo. Claro que ni mis amigos sabían lo que había pasado en realidad, les mentí diciendo que tenía una foto mía besándome con George y que eso había estallado su furia. Un poco estúpido, lo sé, pero al ser mis amigos no me cuestionaron nada.

—¿Segura que estarás bien? —me pregunto Mattheo cuando llegamos a mi salón de matemáticas.

Simplemente asentí y mis amigos se fueron a sus respectivos salones. Entre al salón, y en cuanto puse un pie ahí, quise correr en dirección contraria. Lorenzo ya estaba ahí. Casi fue una semana la que no se presentó en clase, y agradecía eso, pero no pensé que se llegara a presentar justo en las últimas clases. Respire todo el aire que pude y camine hacia mi lugar, intentando evitar su mirada.

La clase comenzó a ir bastante bien, hasta que la puerta fue abierta de golpe, dejando ver a dos policías mientras mostraban sus placas y caminaban hacia mi lugar, no, iban hacia el lugar de Lorenzo.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunto Snape, furioso—. ¿Tienen algún tipo de orden para hacer esto?

Eran un hombre y una mujer. El hombre se acercó a Lorenzo, lo tomo de la nuca estampando su cara contra su butaca, con su mano libre, lo tomo de las muñecas y lo esposo.

—Señor Berkshire, queda usted detenido por el crimen de violación. Cualquier cosa que diga podrá ser usado en su contra. Tiene derecho a un abogado —tomándolo de sus brazos, lo levanto y lo dirigió hasta la puerta.

Por otro lado, la mujer estaba hablando con el profesor, al parecer, le estaba explicando el porqué estaba ahí y que tenían todo el derecho.

Lorenzo no tuvo ningún tipo de reacción, al contrario, parecía que lo estaba esperando.

Me levanté lo más rápido que pude y salí tras el oficial. No fui la única. Fueron cuestiones de segundos para que los pasillos se inundaran de estudiantes grabando la escena o simplemente mirando mal a Lorenzo.

Noté a Theo salir de un salón y, sin importarme los demás, corrí hacia él. Por poco y nos abrazamos, pero nuestros brazos se resistieron.

—¿Qué está pasando? —pregunte.

—Perdón que no te haya contado todo el caso de Berkshire —Theo comenzó a caminar detrás del policía y yo lo seguí—. Su caso absorbió todo mi tiempo y-