25

1K 109 19
                                    

Mis amigos me habían intentado mantener ocupada todos los días, intentaban llamarme para hacerme plática y preguntarme que tal me sentía, al igual que Regulus iba a visitarme a mi casa para hacer tarea juntos o simplemente para platicar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mis amigos me habían intentado mantener ocupada todos los días, intentaban llamarme para hacerme plática y preguntarme que tal me sentía, al igual que Regulus iba a visitarme a mi casa para hacer tarea juntos o simplemente para platicar. Sabía que todo lo hacían para que no pensará en ese tema y esa persona. Pero era inútil. En las noches, cuando estaba yo sola, sus recuerdos me atormentaban, como si no me quisieran dejar, como si no quisieran que me olvidará de cada detalle de él, como si quisieran hacerme saber que él aun me amaba, lo cual era estúpido.

Pansy me había invitado a su departamento. Se había mudado a uno no tan lejos del mío y su madre la había visitado de vez en cuando —ya que se había negado a irse a vivir con ella—, más que nada, para asegurarse que no hubiera incendiado el lugar y para dejarle postres. No recordaba cuando había sido nuestro último día de pay de las tres juntas, pero ahora éramos solo Pansy y yo.

Al final, Pansy decidió estudiar arquitectura, más que nada, lo hizo por la presión de su padre y por no saber que querer estudiar, pero, gracias a ello, pudo darse cuenta que no odiaba la carrera como ella esperaba. Le gustaba hacer todos los planos y las materias que tenían implicada las matemáticas.

Y la mayor sorpresa de todas, fue que Blaise estaba viviendo con ella. Ambos estaban cursando la misma carrera y eso le dio a mi amigo más ánimos para por fin declararse y comenzar una vida juntos. Apenas estaban comenzando, por eso aún era todo color de rosa, pero, conociéndolos sé que toda su relación será así.

—Me lo pidió en una cena romántica —dijo mi amiga.

Le clave la cuchara a mi pay de limón y comí aquel pedazo.

—Ya me imaginó como debió de haber sido —dije—. Me imagino a Blaise todo nervioso porque no te haya gustado, pero, en realidad, haya sido lo más hermoso de tu vida.

—¡Justo así fue! —desvió la mirada, como si estuviera recordando—. Maddison, de verdad lo amo. No pensé que aquel chico torpe fuera tan importante para mí, ¿sabes?

—Debiste de saberlo desde que te siguió hablando después de que le vomitarás toda la cama después de tener sexo —bromeé.

—¡Oye! Eso ya paso hace mucho. Era una adolescente tonta que no sabía lo que hacía —dramatizó.

—Pansy, eso fue hace menos de un año.

—Pero ¿quién lleva la cuenta? Nadie, ¿verdad? —tomo su plato y el mío y los dejo en el fregadero, evitando la conversación.

La puerta se abrió y pude ver a mi amigo —y, ahora, pareja de Pansy— entrar al departamento.

—¡Maddison! No te esperaba aquí hoy —me saludó.

—Hola a ti también, Blaise —rodeé los ojos, divertida.

No dijo nada más y se acercó hasta su novia, plantando un beso en sus labios y susurrándole algo en su oído, lo cual hizo que a Pansy se le tiñeran las mejillas y una sonrisa juguetona apareciera en su rostro.

—Bueno, creo que esto es señal para que me vaya —me levanté del asiento y tome mi bolso—. ¡Un placer verlos! —comencé a caminar a la puerta. Claro que no quería ver a mis amigos fornicar enfrente de mí.

—Maddison, ¿estás segura? —me preguntó Pansy antes de que pudiera salir del lugar—. Puedo decirle a este idiota que se pierda un rato más —empujo a Blaise lejos de ella y este se quejó.

Supongo que algunas cosas no cambian.

—No, Pansy, está bien. Deben tener muchas cosas que hacer —alcé las cejas repetidas veces en un tono sugestivo.

—Tonta —se acercó a mí, me abrazó y dejo un beso en mi mejilla—. Dobby te está esperando abajo, ¿no? —asentí—. Bien. Ve con mucho cuidado y sabes que puedes enviarme mensaje cuando quieras y a todas horas y-

Coloqué mi mano en su hombro, interrumpiéndola.

—Pansy, créeme, voy a estar bien.

—Bien —sonrió.

—¡Adiós, Blaise! —mi amigo intento responderme, pero el gran pedazo de pastel que tenía en la boca se lo impidió.

Salí de su departamento y me dirigí hasta donde estaba Dobby con mi coche y me llevó a casa.

── ⋆⋅☆⋅⋆ ──

En cuanto llegamos a mi departamento, Dobby no duro ni cinco minutos ahí dentro y salió a dar su caminata diaria. Cuando estábamos en la mansión nunca hacia eso y se me hizo raro que ahora lo hiciera, pero supongo que este era un lugar más pequeño al otro y debía estirarse.

Me coloque justo en medio de la sala y mire aquel cuadro que adornaba el cuarto: el retrato de Theo. Nadie sabía quién era, solo nosotros. Pero supongo que es hora de soltar y aprender que solo fue una persona que llego a mi vida a darme una lección y enseñarme cosas maravillosas.

Descolgué aquel cuadro y fui a mi estudio —este era más pequeño que el que tenía en casa de mis padres, pero no me quejaba— y lo acomodé junto a los lienzos en blanco, colocándole una manta encima para que su imagen no me abrumé.

Desde hace tiempo que no pintaba algo que yo quisiera, todos habían sido por proyectos de la escuela. Así que, tomé varios botes de pintura y me senté frente al lienzo que estaba sobre el caballete y me detuve un momento para pensar en que hacer. Pero no quise detenerme demasiado en ello y simplemente comencé a dar brochazos sobre la blanca superficie, haciendo que mi mano sea la encargada de sacar todos aquellos sentimientos y arrepentimientos que llevaba guardados.

Al final, había dibujado a una pareja en un restaurante, uno de ellos se fijaba en la persona que tenía enfrente, pero la otra persona, eran simples rayones, como si la estuviera olvidando... o como si eso quisiera ella.

── ⋆⋅☆⋅⋆ ──

5 meses después.

Por fin las vacaciones de invierno estaban cerca. Ya había presentado la mayoría de exámenes y también había entregado todos mis proyectos, ahora solo asistía para mis entregas de calificaciones.

Mi mayor miedo nunca se cumplió, me seguía viendo con mis amigos de la preparatoria y justo hoy saldríamos juntos. Todos extrañábamos ir de fiesta juntos y no saber que había pasado en día anterior, así que decidimos ir a un club nocturno esta noche.

Normalmente, les avisaba a mis padres a donde iba y —forzosamente— Dobby debía llevarme, pero, desde que todo se calmó con aquella situación, habían depositado un poco más de confianza en mí y pude ir yo sola. Bueno, casi en su mayoría, el hermano de Mattheo nos llevaría a todos y todo apuntaba a que él también se quedaría con nosotros. Si que iba a ser una noche interesante.

Pansy me había mandado un mensaje diciendo que estaban cerca, así que antes de salir, me di un último vistazo en el espejo: llevaba mis ojos con un maquillaje negro, mi cabello suelto con algunas ondas en las puntas y a mi cuerpo lo adornaba un corto vestido negro que tenía un corset que era transparente con un bonito adorno de flores. No quise entretenerme más, tomé mi abrigo y salí de mi departamento. Cerré la puerta y escuche unos pasos a mi lado, creí que era algún vecino, así que no me gire a verlo, pero, cuando iba a caminar hacia el ascensor, me detuve.

No, no era posible. Él no podía estar aquí.

Quise seguir avanzando, pero mis piernas no reaccionaron. Sentí todo mi cuerpo frío y mi respiración detenerse. Pero a él parecía pasarle lo mismo, solo me miro atentamente y parecía que el color se había ido de su rostro.

Solo nos estábamos mirando fijamente como un par de idiotas.

—Hola —dijo Theo.

𝒪𝓁𝒹ℯ𝓇 - Theodore Nott.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora