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La casa era todo un caos

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La casa era todo un caos. Todos los trabajadores corrían de un lado a otro, teniendo que batallar con la decoración que había pedido que colocaran. Era un simple arco de globos con un fondo brillante en el cual podríamos realizar nuestras fotos, además dándole el toque de que en el jardín habría guirnaldas con luces de colores que prenderían más la fiesta.

A pesar de estar un poco lejos de la cocina, el olor a alcohol inundo mis fosas nasales. Comenzaba a sentir un poco de sed.

—¡Carajo! —se quejó Pansy frente a mi espejo. Llevaba más de cinco minutos intentando pegarse piedritas de colores al rostro—. ¿Por qué esto es tan difícil? —lloriqueo.

—A ver, déjame ayudarte —se acercó Blaise.

Al principio lo miro con desconfianza, pero al no tener otra opción, no le quedo más que resignarse.

—¿Cuándo podremos ver tu vestido? —me pregunto Mattheo, dejando de lado a nuestros otros dos amigos.

—Justo iba a cambiarme. ¿Los veo en el jardín?

Todos asintieron en mi dirección y procedí a encerrarme en el baño. El vestido que mi madre me había hecho se adaptaba a la perfección a mi cuerpo, haciéndome una figura que ni en sueños tendría. Pero todo tiene un precio. Y el mío fue recibir miles de piquetes de alfileres cuando mi madre intentaba arreglar a la medida mi vestido. Aun me dolían las costillas por su culpa.

Cuando salí a mi habitación, me percate que ya no había rastro de mis amigos, así que baje al jardín y los vi desde la distancia. Blaise y Mattheo solamente portaban unos pantalones negros y una camisa del mismo color, mientras que Pansy llevaba un vestido de tirantes, corto y de color negro. Tuvieron la grandiosa idea de que todos los invitados fueran de negro para que yo fuera la única que resaltara, ante su insistencia, no me quedo de otra que aceptar.

—Dios... ¡Estás bellísima! —exclamo Mattheo en cuanto me vio.

—Muchas gracias. Aunque ustedes no se quedan atrás, eh —los examine con la mirada.

—Pero aún falta el toque más importante —dijo Blaise mientras sacaba algo que tenía escondido en sus manos en su espalda. Cuando las coloco en frente mío, pude apreciar una pequeña corona con una joya roja en el centro—. Para que no se olviden de quien es la reina el día de hoy.

—Te dije que no dijeras eso. Suena estúpido —dijo Pansy, mientras pasaba a su lado y se acercaba a abrazarme—. Además, ¿Qué día no es la reina teniendo en cuenta de que familia viene?

El timbre sonó.

—Oh, la gente está llegando —me zafé del agarre de mi amiga y fui a la puerta.

Era extraño, Blaise y Pansy estaban peleando más de lo normal, lo cual era extraño, su límite eran dos peleas por semana, pero ahora era diario.

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𝒪𝓁𝒹ℯ𝓇 - Theodore Nott.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora