6. Vio.

3.6K 136 6
                                    

"Me ha llamado Kiki. Nunca nadie me ha llamado así, pero me ha gustado cómo ha sonado cuando lo ha dicho." Pensando eso, se metió en la ducha que acababa de usar Violeta. Era la que estaba más apartada de la puerta y ahora mismo necesitaba estar consigo misma y con todos sus pensamientos, lejos del bullicio que había en esa academia constantemente. "Yo creo que sigo disociando aún. No puede ser que mi plan para la semana fuera separarme un poco de ella y centrarme en la canción que me tocara, y que me toque fucking I kissed a girl con fucking Violeta. Es que parece una historia de wattpad, la verdad."

Chiara había estado toda la tarde intentando sacar su versión más profesional, memorizando las pocas frases de la canción que no se sabía ya y trabajando en la actitud. Pero claro, el problema era que lo profesional en este caso implicaba estar tocando a Violeta todo el rato y mirarla como si quisiera besarla. "Como si quisiera besarla. Porque claro, yo en realidad no quiero". No sabía si reír o llorar. No tenía ni idea de cómo iba a pasar aquella semana de la que sólo habían transcurrido unas pocas horas.

Puso en marcha la ducha y dejó que el agua le cayera directamente en la cara, a ver si así se le aclaraban las ideas y se le pasaba un poco la excitación que sentía. En parte era una excitación sana y artística, ya que por fin le habían dado una actuación en la que iba a bailar y a mostrar su lado sexy. Además, le había tocado con uno de sus pilares allí, nadie mejor que Violeta para esa canción. Pero en parte la excitación que sentía era simple y puramente eso: excitación. Había tenido a su crush a escasos centímetros durante horas mientras la miraba como si quisiera comérsela entera. "Joder, es que lo bien que actúa Violeta. Cómo me ha mirado, cómo me ha acariciado y agarrado. Mi cerebro puede procesar que está actuando, pero mi cuerpo no. Fuck, shit, mierda. Como sea toda la semana así, no sobrevivo. Pero es que ¿cómo me va a mirar a los labios así todo el rato?"

Dejándose llevar por todos esos pensamientos, la excitación que sentía empezó a mezclarse con impotencia y con rabia. Le jodía que le gustara tanto alguien con quien no podía pasar nada y a la vez no poder poner distancia para no acabar desquiciada. Aunque en realidad no quería distancia. Le encantaba sentir a Violeta cerca. Le encantaba notar sus manos acariciándola o agarrándola con fuerza. Le encantaba ver cómo la mirada se le iba de los ojos a los labios. Y, para que engañarse, le encantaba pensar que se le iba de verdad y que no estaba actuando. "Fuck, no puedo más." Chiara no fue capaz de llevar la mano a cierta zona sólo para lavarse y empezó a tocarse con rapidez, como si llevara tanto tiempo esperando que ya no pudiera aguantar. "Joder, Vio, ¿qué estás haciendo conmigo?" Su mente no era capaz de aguantar una imagen más de un segundo, y las escenas de la tarde se sucedían una tras otra, casi al ritmo de sus dedos. Justo antes de estallar, ahogó un gemido en su antebrazo y mantuvo sus labios allí un momento, llegando a morderse para no hacer ruido.

"Ok, me acabo de correr pensando en Violeta. Súper buena amiga soy." Terminó de ducharse sintiendo una mezcla de paz por haber podido descargar al menos parte de la tensión sexual que acumulaba, y de culpabilidad por usar de algún modo a su amiga de esa forma. Al salir de la ducha casi se cae al ver a Martin y Juanjo besándose sentados en el banco que había a unos 2 metros de su ducha. "Wtf, ¿cuánto rato llevan ahí estos? Joder, espero que no me hayan oído..."

– ¡Ah, eras tú, Chiara! Estábamos Juanjo y yo apostando quién se estaba duchando y no hemos ganado ninguno.

– No parecía que estuvierais apostando precisamente. – Respondió Chiara algo más tranquila al ver que no habían oído nada.

– Bueno, ha habido tiempo para todo. – Dijo Juanjo. – Oye, ¿qué te ha pasado en el brazo?

Chiara miró su antebrazo derecho y vio que tenía una marca rojiza. Por suerte no parecía un mordisco si no te fijabas mucho, quizás un chupetón. "Joder, qué vergüenza."

– Nada, me he dado un golpe en la ducha.

– Ok... ¿Oye, estás contenta con lo de esta semana, no? – Preguntó Martin.

– Mucho, nos lo pasamos muy bien juntas. – Dijo Chiara ya con ganas de irse. No sabía si estaba preparada para hablar del tema.

– Sabes que os van a shippear lo más grande, ¿no? – Soltó Juanjo de repente. – Dos chicas guapas, lesbianas, con esa canción... Os van a poner un baile sexy y toda España y parte de Latam va a shippear a Chiara y Violeta.

Chiara se quedó callada. No había pensado en eso. Había pensado en mil cosas, pero no en eso. España y Latam shippeándola con Violeta. Pensó entonces en Violeta y en el hecho de que tuviera novia. Pensó en que igual a la pelirroja le hacía puta gracia que le hubiera tocado esa canción con ella. Pensó que antes le había dicho que iba a ser una semana genial y quizás Violeta en realidad sentía que todo era una mierda. Pensó que igual su compañera sentía justo lo contrario que ella y que su emoción y felicidad no eran para nada compartidas.

– Joder, Juanjo. ¿Para qué le dices eso? Eso es algo que en todo caso tendrá que hablar con Violeta y que gestionarán ellas.

– No, no. – Reaccionó finalmente Chiara. – Juanjo tiene razón y es algo en lo que yo no había pensado pero que debo tener en cuenta. Forma parte de esto y tengo que saber gestionarlo. Gracias, amigos.

Le dio un abrazo a cada uno y fue a un baño a vestirse, dejándoles algo de intimidad. El rato de la ducha le había servido para apagar un poco la excitación acumulada, pero también para darse cuenta de que la repercusión de la actuación de esa semana iba más allá de la que ya sentía en su cuerpo y en su mente y que, de una forma u otra, iba a afectar a muchísima gente.

SE APAGA LA LUZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora