El sol brillaba sobre el Templo Jedi, iluminando los amplios pasillos donde Obi-Wan Kenobi y Anakin Skywalker se preparaban para otro día de entrenamiento. Desde que Obi-Wan había asumido el papel de maestro de Anakin hace siete meses, habían pasado por innumerables sesiones de combate de sables de luz, cada una diseñada para mejorar las habilidades de Anakin y fortalecer su conexión con la Fuerza.
Mientras se enfrentaban en un duelo feroz, Obi-Wan se esforzaba por mantenerse concentrado en el presente, pero su mente vagaba hacia el pasado. A pesar de todos estos meses de entrenamiento, no podía evitar sentirse como un padawan una y otra vez. La sombra de su antiguo maestro, Qui-Gon Jinn, aún pesaba sobre él, recordándole constantemente la responsabilidad que había asumido al entrenar a Anakin.
Obi-Wan: ¿Cómo te sientes hoy, Anakin? ¿Listo para enfrentar mis ataques?
Anakin: ¡Siempre estoy listo, maestro! ¡Déjame demostrar mi habilidad!
El entusiasmo de Anakin era evidente en cada movimiento, pero Obi-Wan sabía que también estaba lidiando con su propia impaciencia. Había sido un desafío constante para él ayudar a Anakin a controlar su temperamento y su deseo de avanzar más rápido de lo que debería.
Mientras esquivaba un golpe de Anakin, Obi-Wan decidió aprovechar la oportunidad para compartir una lección importante con su joven aprendiz.
Obi-Wan: Anakin, recuerda que la impaciencia puede ser tu mayor enemigo en el camino de un Jedi. He visto a muchos caer en la oscuridad por no ser capaces de dominar su deseo de poder y conocimiento rápidamente.
Anakin: ¿A quiénes te refieres, maestro?
Obi-Wan: Piensa en Exar Kun y en el Revan. Ambos fueron poderosos Jedi que cayeron al lado oscuro debido a su impaciencia y sed de poder. No podemos permitir que lo mismo te suceda a ti.
Anakin asintió con solemnidad, comprendiendo la gravedad de las palabras de su maestro.
Anakin: Entiendo, maestro. No quiero seguir ese camino.
Obi-Wan: Entonces, debes aprender a ser paciente y confiar en el proceso. No importa cuánto tiempo lleve, el dominio de la Fuerza y el arte del combate de sables de luz vienen con el tiempo y la práctica constante.
La sonrisa de Anakin demostraba que había captado la lección, y Obi-Wan se sintió momentáneamente aliviado. Aunque todavía había mucho trabajo por hacer, sabía que estaba en el camino correcto para guiar a Anakin hacia su potencial completo como Jedi.
Obi-Wan: Recuerda, Anakin, nunca cambies quién eres. La paciencia y la autenticidad son las cualidades más valiosas que un Jedi puede poseer.
Anakin: Gracias, maestro. Lo recordaré siempre.
Con el corazón lleno de determinación y esperanza, Obi-Wan y Anakin continuaron su entrenamiento, comprometidos a enfrentar cualquier desafío que se les presentara juntos. Aunque el camino hacia la maestría sería largo y difícil, sabían que con paciencia, dedicación y el apoyo mutuo, podrían alcanzar sus metas y defender la paz y la justicia en la galaxia.
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yo soy Obi Wan Kenobi
FanfictionMe fui a dormir y un dios me dio la oportunidad de ir a otro mundo y bueno vamos a star wars y seamos obi wan kenobi