17. Mala suerte.

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Mala suerte.




Entré toda la tarea que me asignaban, mis clases de ballet, cuidar a Draco y soportar sus veinte mil crisis al día, pasar tiempo con Harry, Ron, Regulus, Tom, Blaise y Pansy y tratar de coquetear con Hermione sin darme cringe, el tiempo se me pasaba absurdamente rápido. La última visita del castillo a Hogsmeade antes de las vacaciones de navidad había llegado. La lluvia por fin había desaparecido lo que había dando paso a mi cosa favorita en el mundo, el invierno y por supuesto la nieve.

Lo que significaba que el baile de invierno estaba a solamente un día, lo que también significaba que todo mundo andaba rogando pareja y gastando todo su dinero en trajes elegantes. Por otro lado estaba yo con la percepción de la realidad bien alterada usando mi outfit favorito con cientos de prendas encima feliz de no morirme de calor y perdiendo mi tiempo casi olvidandolo. Otra cosa que disfrutaba de igual forma era pasar tiempo con los gemelos que al igual que yo; parecían tener bastante tiempo libre, sobre todo los fines de semana. Como ese sábado.

Estaba observando a un cuadro de una señora francesa, gritona de pelo rojo intenso, usaba un vestido rasgado y viejo color verde, ella hablaba con emoción de Maximilien François y como ella participaría en la revolución junto a otros cuadros que la veían cansados. Me daba cierta gracia ver cómo los cuadros podían vivir en su mundo ignorando el hecho de que habían personas fuera que los observaban y se veían totalmente diferentes a ellos.

Regulus apareció por el pasillo y se acercó hacia mi.

— Creí que estarías en Hogsmeade — habló cuando llegó a mi lado.

— Tengo toda la tarde — respondí sin apartar mi vista de la mujer gritona — ¿Qué tal el desayuno con tus padres?

— No me quejo — se encogió de hombros — No entiendo muy bien el francés eufórico pero ¿acaba de decir que orinará sobre la cabeza de alguien?

— Bueno,yo lo hago muy bien y puedo decirte que ella está muy entusiasmada por eso — me reí — ¿Qué estás haciendo aquí?

— Lo mismo que tú — habló, a lo que dirigí mi vista hacia el por primera vez desde que había llegado — Perdiendo mi tiempo. Además Draco dijo que estarías aquí.

— Si, esto es entretenido.

— No puedo creer que haya nieve afuera, sea el último fin de semana en Hogsmeade y estés aquí viendo a una mujer gritar… tonterías.

— Va a valer la pena — sonreí — Además te estaba esperando.

El iba a responder pero un sonido de una pequeña explosión cerca de nosotros lo interrumpió. Jale rápidamente a Regulus hacia mi poniendo la capa de invisibilidad sobre nuestras cabezas y lo empuje hacia la esquina más cercana. Un maullido y los pasos rápidos de Filtch me obligaron a taparle la boca para evitar cualquier ruido. Ambos pasaron frente a nosotros furiosos y cubiertos de lo que la bomba fétida les había arrojado.

— ¡Los voy a asesinar, lo juro! — balbuceaba el hombre, mientras caminaba dejando un mal olor en el pasillo, obligandome a morderme la mejilla para evitar reírme.

Rebelles plumis — murmuré haciendo con mi mano libre un ligero movimiento con mi varita. De pronto un montón de suaves plumas blancas cayeron sobre Filtch y su gata haciéndolo gritar pues debido a la cosa pegajosa que traían encima les era muy fácil adherirse a ellos. Ambos salieron corriendo directo a su despacho dándome total libertad de reírme a mi antojó.

— ¿Por qué no me sorprende que eso haya sucedido? — habló Regulus cuando nos quité la capa de invisibilidad y mi mano de su boca.

— Tenía que buscar algo en que entretenerme — sonreí tomándolo del brazo para que comenzará a caminar junto a mi — Además, se lo merece. Hace una semana por su culpa perdimos 40 puntos por algo que no fue tú culpa.

𝗩𝗶𝗰𝗶𝗼𝘂𝘀; 𝖱𝖾𝖺𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽 𝖣𝖾𝗌𝖾𝖺𝖽𝖺.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora