Enemigos en común

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Después de que la adolescente se había retirado, acompañada del genio para asegurarse que llegue a salvó a su casa, Leonardo había apagado la televisión al notar como su hermanito se había quedado dormido.

Le dió una rápida mirada dónde estaba hace una hora con Raphael, ver los cambios que estaba teniendo se sentía orgulloso de que le este dando una oportunidad al menor.

Se levantó con Mikey en brazos para llevarlo a su habitación y dejarlo dormir, en el trayecto miro el almacén que tenían ya que solo habían algunos artículos que hallaron en la alcantarilla durante sus años.

— Tal vez podemos adaptarlo para que sea tu propio cuarto — soltó a la nada sin recibir una respuesta.

Retomó su trayecto a su habitación para poder descansar con el menor, al ingresar al cuarto lo acomodo en su cama y escuchó la voz de su hermano al haber regresado.

Con la tranquilidad de que ya toda su familia estaba en su hogar, se fue retirando su equipo de protección para poder descansar al lado del menor, le deseo las buenas noches para poder acomodarse en el colchón para dormir.

Con la tranquilidad de que ya toda su familia estaba en su hogar, se fue retirando su equipo de protección para poder descansar al lado del menor, le deseo las buenas noches para poder acomodarse en el colchón para dormir

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Al amanecer todos como siempre se levantaron temprano para desayunar antes de su entrenamiento, Leonardo llegó a la cocina con el infante aferrado en su caparazón.

— ¿Se te pego? — le pregunto Donnie aguantando la risa.

— No me quiere soltar, aunque le dije que se quedara a dormir un poco más — el de bandana morada noto como el pecoso reía al salirse con la suya.

— Ven aquí Mikey — Donatello estiró ambos brazos esperando que el infante vaya con el.

— No — exclamó mientras seguía aferrado al caparazón del mayor.

— ¿No es muy temprano para hacer escándalo? — reclamo el recién llegado algo cansado.

Raphael al pasar al lado de su hermano de azul, no sintió cuando el pecoso se soltó de Leo para pasar al caparazón del rojizo.

— ¿Le decimos? —  susurro el de morado aguantando la risa.

— Solito lo descubrirá — respondió el portador de las katanas del mismo tono.

Ambos observaron como su hermano se servía un poco de café para poder despertar, se dió la vuelta mientras bebía de su taza. Al notar la mirada de sus hermanos se sintió incómodo.

— ¿Tengo algo en la cara? — cuestionó a ambos.

— No nada — ambos dijeron a la vez.

— Buenos días hijos míos — la voz de su padre se hizo presente en la cocina.

— Buenos días sensei — los tres respondieron con respeto.

El padre de las tortugas se dirigía a la nevera para conseguir un poco de queso, miro de reojo a su hijo temperamental para después sacar su preciado queso.

¡El NO es mi hermano! (TMNT 2012)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora