Amistades, ya de aquí en adelante empieza lo que en verdad tenía más entusiasmo de escribir, por lo que yo quise crear está historia.
Pueden llamar a lo anterior relleno, pueden empezar a leer de aquí, besitos 💋 JAJAJAJAJAJAJA.
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Un año y dos meses. Eso fue lo que había pasado desde que Yuuta se fue. Un año y dos meses en los que me vi obligada a acostumbrarme a su ausencia, a dejar que el espacio vacío que él dejó en mi vida se llenara de todo lo que podía controlar. Y, sin embargo, el dolor seguía siendo el mismo. La falta de sus abrazos, sus caricias, sus besos... todo eso seguía allí, clavado en mi pecho. Pero lo peor era que no podía hacer nada más que seguir adelante, porque la espera, al menos, me mantenía viva.
Mi cuerpo había cambiado. Mi rostro, antes infantil, ahora reflejaba la madurez de los meses que había vivido sin él. Y, en mi rol de hechicera, ya no era la misma de antes. Había avanzado. De semi clase especial a clase especial. Mi esfuerzo había dado sus frutos, y ahora no solo mi cuerpo era más fuerte, sino que mi mente también había aprendido a defenderse. Pero, a pesar de todo, mi corazón seguía siendo el mismo: una ruina en espera de alguien que tal vez ya no regresaría.
El entrenamiento de ese día había sido más agotador de lo que esperaba. Mi compañero Makoto, un tipo engreído y narcisista, no estaba dispuesto a seguir las reglas de nuestro combate. Como siempre, no sabía cuándo detenerse.
— ¡Muévete, me rindo, me rindo! —. Grité, mientras pateaba su entrepierna, buscando una forma de liberarme de su agarre.
Me caí al suelo, jadeante y exhausta, sin poder evitar sentir el dolor en mis músculos. Pero, a pesar de todo, no podía evitar sonreír con cierto desdén al ver cómo él intentaba disimular el dolor de manera exagerada. Ridículo.
— Estúpida, no era necesario golpear en esa zona —. Se quejó, mientras se sentaba, frotándose la entrepierna, y me miraba con ese rostro arrogante que solía poner cuando algo no salía como él quería.
— No le puedes decir a una maldición que no quede encima de ti en algún momento de la batalla —. Su voz sonó llena de frustración. — Entrenamos para mejorar, no te pongas quisquillosa.
Lo miré de reojo, irritada. No era que no lo soportara, pero nunca había querido formar una relación cercana con él. Era un medio para un fin, y siempre lo había visto de esa forma. Sí, era fuerte, inteligente, pero igual de molesto. Y ahora, con su estúpida actitud de siempre, sentí que mi paciencia estaba a punto de agotarse.
— Podrías respetar mi pedido por mientras, no te cuesta nada —. Le espeté, levantándole un dedo en señal de desaprobación, recordando lo que me había dicho anteriormente.
Makoto abrió la boca para responder, pero en ese momento, la puerta de la sala de entrenamiento se abrió. Los ojos de Makoto se dirigieron hacia la entrada, y yo, sin poder evitarlo, también lo hice. Y ahí estaba, parado en el umbral, con una sonrisa tonta en su rostro, Inumaki.
— ¡Salmón! —. Exclamó, sus ojos brillando con la alegría que solo él era capaz de transmitir. Estiró los brazos, como si esperara un abrazo, y yo no pude evitar sonreír al verlo.
Un suspiro salió de mis labios. Inumaki. Eso significaba solo una cosa: Yuuta estaba de regreso. Mi corazón, que se había mantenido sereno durante meses, ahora latía con fuerza en mi pecho. ¿Sería posible? ¿Podría realmente estar de vuelta? Mis esperanzas, que había mantenido en silencio, ahora se avivaban, como una llama que renace en medio de la oscuridad.
Apresurada, me levanté del suelo, dejando a Makoto atrás, tirado en el piso. No me importó si se levantaba o no. Todo mi ser estaba completamente concentrado en la figura frente a mí. Inumaki, mi Inumaki, al fin estaba aquí. Mis brazos lo rodearon con fuerza, apretándolo contra mi cuerpo como si pudiera hacerlo entrar en mí, como si de alguna forma su cercanía pudiera calmar la tormenta que había estado sacudiéndome durante todo este tiempo.
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꧁༒¿𝘗𝘳𝘦𝘰𝘤𝘶𝘱𝘢𝘤𝘪ó𝘯?༒꧂ Yuta Okkotsu
Fanfic"¿Posesivo? Solo estoy cuidando de ti para que sigas a mi lado"
