Canuto y Cornamenta Presentan: La Batalla del Basilisco Parte 1

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Es extraño cómo la paranoia y la realidad pueden coincidir de vez en cuando.


Iba a morir.

Un golpe.

Tres... Diez... Cien...

La cuenta deja de ser relevante.

El zumbido en sus oídos, como una cacofonía, se convierte en un pitido incesante, que lo sumerge en un silencio de pesadilla. La boca le sabe a óxido, su mano está cerrada alrededor de algo frío. Metálico. El rostro de James flota sobre el suyo, sus labios moviéndose sin emitir ningún sonido, un vano intento de comunicación. Silencio. Hay un fino hilo de sangre en sus comisuras y terror marcado en su expresión. Sus palmas se sienten calientes contra sus mejillas.

—... Sirius, por favor, por favor, quédate conmigo.

Un estruendo sacudiendo el silencio.

El ruido sordo de piedra cayendo, desmoronándose a su alrededor en una nube de polvo y escombros, salpicando el agua rodeando los pilares. Un rugido gutural llenando la cámara. Siseos y el arrastre de escamas, sobre la piedra húmeda.

Dos pozos negros, de cuencas vacías asomándose detrás de James. La sangre brotando como ríos del espacio donde deberían estar los ojos del basilisco. Los hombros de James están tensos, dolorosamente rígidos. James nunca lo abandona.

¡Sirius!

James.

Siempre James.

<<Lo prometiste, Sirius>>.

Sus dedos curvándose alrededor del metal bajo su palma, las piedras clavándose en su piel.

<< Él debe vivir >>.

El basilisco se abalanza sobre ellos.

Gritos de dolor, huesos rompiéndose, sangre cayendo sobre él como una especie de lluvia grotesca. El horror de ver morir a su alma gemela quemando en su garganta y hundiendo su corazón.

Lo último que Sirius ve, antes de que la oscuridad se cierre a su alrededor, es el cuerpo destrozado de James. Lo último que siente, son los colmillos del basilisco desgarrar su pecho y perforar su corazón marchito. La quemadura del dolor extendiéndose por su carne.

Y luego, nada.

Solo silencio.

Silencio.

Silencio.

Finales de Julio, 1977.

Cuando Sirius abre los ojos, la cámara oscura y húmeda a su alrededor ha desaparecido. Los pilares tallados son reemplazados por paredes escarlatas cálidas y pósteres de bandas y equipos de Quidditch; el sol se filtra por las cortinas, cubriendo la ventana de su habitación en Potter's. Siente su corazón latir con fuerza contra su pecho; su respiración, fragmentándose en inhalaciones y exhalaciones erráticas cuando talla bruscamente su rostro, tratando de deshacerse de la sensación fantasmal y viscosa de la sangre de James sobre él. El terror quemando en la parte trasera de sus ojos. Las náuseas asentándose.

<<Era un sueño>>. Se obliga a recordar. <<Solo es un sueño. Déjalo ir. Déjalo ir>>

Una pesadilla. Una visión. Como otras tantas han sucedido antes de eso.

Siente la bilis quemar en su garganta cuando se inclina sobre el borde del colchón y vacía el contenido de su estómago, cada músculo de su cuerpo resintiendo el esfuerzo. El amargo olor del alcohol podrido, mezclándose con el parásito de la enfermedad arrastrándose bajo su piel, llenan sus ojos de lágrimas. El dolor perforando sus huesos. Imágenes de cada una de sus visiones de las últimas semanas, repitiéndose en bucle dentro de su cabeza mientras vomita;

THE BLACK SUN: The love and the art of darknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora