La hipótesis egoísta

867 84 19
                                    

✦ INTERLUDIO  


Podrías mostrarnos misericordia

O convertirnos a todos en polvo

¿Está tu corazón lleno de maldad?

¿O lleno de amor?  

 ⭑꙳✦♟✦꙳⭑



En la muerte del último día de diciembre y el nacimiento de un nuevo año, el mundo de James comienza a cambiar. Los días posteriores a la reunión con Walburga se sienten irreales, lapsos de tiempo entumecidos, borrosos, como un sueño que se esfuerza por recordar. Ahogándose en un mar de sombras y secretos, James no ve más allá del agotamiento que acarrea junto con las consecuencias de sus acciones.

La parte importante de cualquier juego, son las reglas. Ganes o pierdas siempre estas obligado a seguir un instructivo, servir para un propósito. Jugar bajo las normas asegura un juego limpio, oportunidades por igual para cada jugador; prevé el caos.

James nunca ha sido bueno siguiendo las reglas.

Durante años ha conseguido salirse con la suya, sin embargo, ahora se encuentra en el final de su buena racha. La cuerda floja. Es fácil asumir que puede fingir lo suficiente, que nada sucede, que todo está bien. Y lo hace. Lo hace bien, pero es agotador.

—Tu desayuno se enfría —Regulus señala, apuntando con su propio tenedor al plato con el desayuno intacto de James, sobre la mesa del comedor en Potter's Manor.

Es agotador fingir que solo es el sueño lo que afecta su apetito, lo que provoca su distracción o nulo interés en la conversación de Sirius, Remus, Regulus y un Peter recién añadido a la ecuación sucediendo a su alrededor.

No es el pensamiento sobre cómo alejará a estas maravillosas personas de su lado cuando sepan lo que James ha hecho. Lo que hará.

—Cualquiera diría que te preocupas por mí, amor —. James responde con diversión, alzando una ceja hacía Regulus. Regulus que es amable con él. Paciente y cálido como las brasas que murmuran con el fuego de medianoche.

—Bueno, no voy a dejar que te mueras de hambre —Regulus objeta, pinchando un cubo de fruta en el plato de James con el tenedor para acercarlo a los labios de James. — Puedes hacer eso cuando sea el turno de niñera de Sirius.

James entreabre los labios permitiendo que Regulus lo alimente. Aprovechará las pequeñas misericordias de la vida mientras aun sea merecedor de ellas.

—Sirius es una niñera terrible, me extraviaría justo como lo hizo con tu cachorro Crup y jamás te dijo.

—Nunca tuve un Crup —Regulus murmura, ojos entrecerrados con sospecha hacia James y Sirius en el otro extremo de la mesa.

—Exacto.

Un pequeño golpe agudo en la pantorrilla hace saltar a James en su lugar, su propia confusión acompañada de un siseo bajo.

—Oh, ¿esa era tu pierna? —Sirius pregunta con un tono que aparenta inocencia, como si no supiera exactamente lo que hace. —Ups.

—¿Cuándo sucedió ese Crup y por qué lo perdiste? Era mío —Regulus interviene, con el ceño fruncido en el medio y un cuchillo para mantequilla asegurado en su mano izquierda.

—¡Ni siquiera lo recuerdas! Y en realidad, no lo perdí, yo solo...probablemente olvidé que estaba ahí y dejé la ventana abierta ¡Pero no lo extravíe!

THE BLACK SUN: The love and the art of darknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora