Capítulo 29- Haría eso y más.

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El camino con Alex fue agotador porque no dejaba de quejarse y de maldecir en voz baja.

— ¡Alex! ¿Quieres estarte quiero de una vez? —Le grité por enésima vez— ¿Jordan cuánto queda para llegar? —bufé.

—Eso debería de preguntar yo, que ni siquiera sé a dónde vamos —Se quejó, otra vez, Alex.

Después de unos cinco minutos por fin llegamos al pequeño aeropuerto donde Jordan dijo que estaba la avioneta de Alex.

Cuando bajamos de la ranchera guie a Alex hasta la parte en la que estaba la avioneta. Al echarle un vistazo al gigantesco aparato no pude evitar fijarme en las iniciales que estaban en una de las puertas  <<A.K>>. Justo lo que me habían asegurado los chicos, que tras la muerte de Kyle, Alex se entregó en cuerpo y alma a cuidar esta avioneta que compró totalmente nueva para no pilotarla, simplemente para cuidarla en un intento de que el recuerdo de Kyle permaneciera con él, pero después de unas semanas Alex se rindió y lo vio inútil.

­­— ¿Puedo... puedo quitarme esto ya? —Preguntó Alex sacándome de mis pensamientos.

—Déjame a mí —Le dije.

Justo antes de que terminara de quitarle la venda de la cara a Alex, retrocedió bruscamente hacia atrás provocando que me tambaleara y estuviera a punto de caer al suelo pero él fue más rápido y me sujetó del brazo para no caer.

— ¿Por qué coño me has traído aquí? —El tono de voz que utilizó hizo que me recorriera un pequeño escalofrío por la columna.

— Bueno pues en realidad no fue solo idea mí... —Me interrumpió.

— ¿Quién te ha dado derecho a tomarte el privilegio de traerme hasta aquí como si de verdad me fuera a agradar la idea de montarme en la jodida avioneta? —Gritó y mi instinto me decía que retrocediera lo más lejos de él porque se estaba acercando demasiado a mí —¿Lo haces para burlarte de mí? ¿Te doy lástima? ¡Sí, te conté toda la mierda que pasaba conmigo pero no para que vinieras y trataras de ayudarme porque no lo necesito! —Gruñó señalándome con el dedo índice.

Cada palabra y cada grito de Alex hicieron que mis pies no se movieran de su sitio, estaba realmente impresionada con su cambio de actitud. Intentaba procesar cada gesto y cada palabra y mi mente se debatía entre si darle un puñetazo o un rodillazo en la entrepierna por su actitud de mierda. Pero pasó todo lo contario, sentía como mis ojos se aguaban pero parpadeé varias veces con la intención de evitar echarme a llorar ahí mismo. No quiero darle el gusto de verme así.

—Oye Alex, esto fue idea nuestra, ella no tiene la culpa... —Lo interrumpió Jordan agarrándolo del hombro y alejándolo de mi pero Alex no apartaba su mirada de la mía.

— ¿Quieres tranquilizarte? ¡Qué mierda pasa contigo! ¡Grítanos a todos pero no te ensañes con Mía! ­—Saltó Lizz acercándose a Alex.

— ¡Eso! ¡Desagradecido! ¡Ni siquiera sabes que intenciones teníamos ni que intenciones tenía ella! —Gritó Tris empujando a Alex con sus pequeñas manos pero el  cuerpo de Alex ni se inmutó. En otra situación me reiría ante la actitud de Tris pero no es el caso.

Para mi sorpresa y para la sorpresa de todos, mi puño impactó fuertemente en la mandíbula de Alex.  Creo que le di fuerte o eso espero, porque se llevó la mano a la mandíbula y abrió los ojos como platos tan sorprendido como yo. 

Me acerqué a él lo más cerca que podía estar y le susurré al oído— No sé con qué clase de tipas habrás estado o hablado o qué sé yo, pero a mí, escúchame bien, a mí no me vuelvas a hablar así en tu vida. Jamás ¿me oyes? Podré ser todo lo buena que tú quieras, pero no voy a permitir que tú me hables así y que pretendas que me quede parada. ¿Está claro? —Bajé mis pies porque hablarle a Alex al oído significa ponerse de puntillas, me di la vuelta y vi a todos con la cara pálida. Imagino que pensarán  que le habré dicho a Alex para que él estuviera tan pálido como los demás. 

Las mejores cárceles no tienen barreras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora