Capítulo 10- Nos lo vamos a pasar bien

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Tenía que reaccionar, parecía una idiota viendo como estos dos se besaban delante mía.

Estábamos en una especie de club náutico, habían casetas donde servían bebidas de todos los colores. Se veía tan apetecible, y con el calor que tenía más aún. Escapé de esa situación, acercándome a la barra y pidiéndole al camarero una copa.

Podía ver a lo lejos desde la barra a Alexander alejando a Amy, supongo que era así como se llamaba porque era la misma del otro día. Se notaba que estaba nervioso buscando a alguien con la mirada e imaginé que me buscaba a mí, porque una de las condiciones que me propuso para aceptar venir a este lugar era no separarme de él. Salí de mi trance cuando alguien me habló.

-Mía! Creí que no vendrías -dijo Jordan apareciendo a mis espaldas asustándome otra vez y abrazándome- Ven quiero presentarte a unas personas.

No me dio tiempo ni a decirle una sola palabra porque enseguida me arrastró hasta un grupo de gente. Había una sola chica que enseguida me saludó con un abrazo. Me transmitió confianza, pensé que lo que más necesitaba en este momento era una amiga del mismo género que yo. A su lado habían tres chicos más, uno era alto y rubio con ojos azules. El mismo que me ofreció la copa al entrar. Un chico mulato que enseguida imaginé que tendría que ser de Sudamérica por el acento.

-Hey mami, kiubo -dijo saludándome con dos besos. Me hizo gracia el acento.

A su izquierda estaba el tercer chico, tenía una melena lisa y rubia con reflejos dorados. Juro que se me pareció a Kristoff el de la película Frozen-me comencé a reír sola.

-No quiero imaginar de qué te estás riendo... -dijo el chico de la melena acercando su mano para que la estrechara con la suya- Encantado soy Christopher -me reí pero porque no pude evitarlo y me miró extrañado frunciendo el ceño. Seguro que pensaría que me burlaba de él.

-Yo me llamo Tris... y est-oy un poco borra-cha -dijo la chica rubia que me dio el abrazo justo cuando me acerqué a ellos. Me reí, con razón fue tan cariñosa conmigo, estaba borracha. -Necesito ir al ba-ño y no sé donde está, ven conmigo.

La agarré del brazo y la arrastre conmigo en busca del baño. No podía dejarla así, se veía demasiado mal. La dejé dentro del baño y salí fuera a esperar a que terminara.

-Preciosa... -dijo un chico tambaleándose mientras se acercaba a mi y me acariciaba el brazo- que piel mas suave tienes bebé.

-No me llames bebé -dije mirándolo con asco mientras le apartaba su brazo del mío con brusquedad- Apártate de mi vista.

-Nos lo vamos a pasar bien -dijo acercándose a mi cara y pude percibir su aliento a alcohol- Vamos.. sé como son las chicas como tú.

-Las chicas como yo? -le dije harta de tenerlo cerca de mi. Se va a enterar como son las chicas como yo. Lo empuje para que se apartara y le metí un puñetazo en la mandíbula. No sé a quién le tuvo que doler más, a mi o a él.

Tambaleándose buscó un punto donde poder apoyarse. Sobándose la mandíbula del dolor se giró y me miró con una mirada desafiante y una sonrisa nació de la comisura de sus labios.

Oh Mía, corre

Cuando di unos pasos hacia atrás apurada con la esperanza de escapar a buscar a Alexander. Me giré y cuando iba a correr me agarró por las piernas y me colgó de su hombro alejándome de la multitud que estaba en la fiesta.

-Alexander!!! -grité a todo pulmón con la esperanza de que me escuchara. Podía verlo desde lejos pero no sabía si podría escucharme.

De repente vi como agitó su cabeza en busca de la voz que había gritado su nombre hasta que se encontró con mi mirada. Jamás había visto en su mirada tanta furia pero algo en mí volvió a recomponerse, sabía que todo estaría bien.

Alexander corrió hacia a mí y empujó al chico que estaba borracho, evitando que yo cayera con él. Ese chico pretendía llevarme a quién sabe dónde a la fuerza. Alex lo levantó con una sola mano del suelo agarrándolo del cuello. Lo estaba ahogando.

-Te juro que como te vuelvas a acercar a solo 30 metros de ella te mato, te corto en pedazos y se los doy a mi perro -le gritó Alex mientras lo tiraba al suelo después de darle un golpe con su frente. Auch eso tuvo que doler.

-Alexander cálmate... -dije un poco asustada por su reacción. Era la primera vez que lo veía de esa manera, necesitaba acostumbrarme.

Pero no me dirigió la palabra hasta que llegamos al coche. Cuando estábamos a punto de entrar se dio la vuelta y me miró.

-Joder rubia te dije que este lugar era peligroso!! -dijo gritándome. Parecía mi padre y eso no me gustó nada. Vine aquí por eso, para olvidarme de él.

-Hey, hey ricitos de oro -le dije levantando las manos para que se calmara- yo podía con él, solo que tú apareciste. Le di en toda la mandíbula -dije con una sonrisa satisfactoria. Ese tío era un imbécil de mucho cuidado.

-Enserio? -preguntó por lo del golpe en la mandíbula que le dí a aquel y asentí- Esa es mi chica -y acercó su puño para que yo golpeara mi puño también. Su rostro cambió, ahora parecía más calmado. Empezaba a conocer más a Alex.

-Me haré el loco con respecto a lo que dijiste de que podías tú sola con él, menos mal que no gritaste mi nombre como si no hubiera un mañana -dijo en tono irónico riendo mientras subiamos al coche.

Empezó a sonar Somebody - Natalie La Rose, Jeremih en la radio.

No pude evitar poner cara de fangirl al escuchar esta canción y comencé a cantar.

-Natalie La Rossssssssse -dije gritando en un susurro como lo hacía ella en la canción. Miraba a Alexander mientras yo cantaba, parecia pensativo.

Pasaron unos segundos hasta que se dignó a hablar mientras ibamos de camino a su casa en su coche.

-Por qué te alejaste de mi? Estuve toda la fiesta buscándote. Jordan me dijo que te habías ido con Tris pero os había perdido de vista. Me prometiste que no te ibas a separar. Que hubiera pasado si no te hubiera escuchado Mía? -noté preocupación en su tono de voz.

-Yo... no sé, no quería interrumpir nada entre Amy y tú -Mía callate, ahora pareces una celosa.

-Amy me acosa, Mía. Es verdad que el otro día me encontraste con ella en mi cama pero fue puro instinto... pero no me deja en paz ni un solo segundo. Coge mi móvil y verás que lo que digo es verdad -me dijo con voz firme.

No sé porque lo hice pero lo cogí. Y sonreí al ver una foto nuestra de fondo de pantalla. No quería preguntarle que hacia con ella puesta, simplemente sobraban palabras. Pero vio como sonreía al ver la foto y me acarició la barbilla con la mano que no agarraba el volante del coche. Además vi todos los mensajes de Whatsapp y las llamadas perdidas que le hacia ella a él.

-Cada vez que esa loca esté apunto de acercarse a mí, compórtate como si fueras mi novia -lo miré con una mueca de confusión y el río- quiero espantarla de alguna manera y quién más que con una chica mil veces más guapa que ella y que no le llega a los talones. Es una golfa.

-Está bien.. -dije no muy convencida, pero sería divertido- llévame a algún sitio mañana -me miró sorprendido- tengo ganas de divertirme, hagamos algo juntos.

-Estaba esperando a que me lo pidieras -dijo y su mirada se iluminó a la vez que me miraba- Será uno de los mejores días de tu vida... -susurró.

Las mejores cárceles no tienen barreras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora