Capítulo 33- ¿Quieres casart...?

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ALEX

La rabia y la impotencia por comportarme de aquella manera con Sophia esa mañana pronto se va convirtiendo en miedo cuando me di cuenta de que Mía se había ido y no había vuelto esa noche. Se había ido para no volver, yo lo sabía. La sensación que sentía en el pecho me lo decía.

Cada vez que llamaba a Rose me saltaba el contestador o siempre me daba la misma respuesta ''No sé nada de ella, yo te llamaré cuando sepa algo''.

¡Mis cojones son los que no saben nada de ella!

Me estaba mintiendo, yo estaba casi seguro de que Mía estaba en Europa.

—¿Quieres dejarlo ya? —No me había dado cuenta de que mi madre me observaba desde la entrada del salón hasta que habló.

—¿De qué me hablas? —La relación con mi madre se había vuelto un poco distante después de que se fuese Mía. Me pasaba todos los días fuera de casa buscándola a ella y buscando respuestas acerca del accidente.

—Por favor hijo, mírate las ojeras que tienes —Se acercó y me acarició la cara con sus dedos— No duermes, no comes. Esto te está consumiendo.

—No saber nada de ella, me está matando. Quiero coger un avión e ir a verla.

—¿Y por qué no lo has hecho ya?

—Mamá... sabes que he viajado en avión porque Mía estaba conmigo. Sabes que no puedo subirme a un avión yo solo. Ella es la única que lo ha conseguido.

Ella sabía que no le estaba diciendo toda la verdad, sabe que hay algo más por eso guarda silencio hasta que yo vuelvo a hablar.

—¡Es que joder! No sé por qué coño lo he hecho. No sé porque me he liado con Sophia. No me he acostado con ella porque no he podido, ni si quiera se me levantaba la polla.

—Habla bien. ¿Crees que simplemente es por eso?

—Y porque tenía a Mía metida en mi puta cabeza, sus besos son únicos comparados con los de Sophia. El olor de su piel, sus labios, todo —Me tiré de los pelos y solté un gruñido— Aggg. ¿Ves? odio colarme por una tía. Estoy estresado, me voy a quedar calvo. Esto es una puta mierda.

—Relájate y mírame. Deja de mirar al móvil porque si no ha sonado en toda esta semana ni has recibido ningún mensaje de ella no creo que vaya a pasar en este momento. ¿Todo esto que me estás contando lo sabe ella?

—No, no sabe nada. Es que...

—¿Cómo? ¿No le has dicho lo que realmente sientes por ella?

—A ver no es exactamente así, ella sabe lo que siento por ella.

—¿Y cómo sabes que lo sabe?

—Mamá, eres pesada. Pues es evidente no hace falta que se lo diga.

—A veces no basta solo con eso. Por mucho que se sobreentiendan las cosas a veces necesitamos oírlas. A lo mejor es eso lo que no retuvo a Mía aquí.

—No sé qué hacer ya. Sólo me falta ir al puto aeropuerto y suplicarle a alguna azafata que me diga si ella iba en algún vuelo —En ese momento caí en la cuenta—¡Mierda es verdad! ¿Cómo no lo había pensado antes? Su coche.

Cogí las llaves del coche e iba a salir corriendo por la puerta hasta que me acordé de algo.

—Mamá necesitamos ir a Hawaii. Necesitamos buscar los informes del accidente. El caso se cerró pero ahora que Sophia apareció tiene que abrirse de nuevo. Nada de esto me parece lógico —Suspiró— Sé que soy muy retorcido pero creo que...

Las mejores cárceles no tienen barreras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora