Había transcurrido una semana. Billie no habla con nadie y si lo hacía con sus amigas, era durante unos breves minutos.
Mantenía toda su concentración en los estudios. Duraba horas en la biblioteca, intentando escapar de la realidad, de su asquerosa realidad.
Estaba enamorada de la perra que detestaban sus amigas, la misma que la humillaba a ella, la misma que se comía a su novio en los pasillos y la misma a quien había tratado de evitar todos estos días.
Ahora era consiente de sus sentimientos, sentía un gran nerviosismo al verla, como si fuera más torpe de lo estrictamente debido.
Sus amigas le preguntaban que sucedía y ella prefería mentir o cambiar de tema.
Las evitaba, evitaba a todo el mundo, al llegar a su casa iba directo a su habitación para estudiar. Ya no podía diferenciar que día era del otro, el tiempo pasaba sin realmente estar pasando para ella.
No podía parar de pensar en el rostro de Isabella, y era una mierda.
Estaba caminado por el pasillo, con su mochila colgando del hombro y jugaba distraídamente con el cierre de su chaqueta mientras avanzaba.
Así llevaba todos estos días la chica de los ojos azules. Perdida en su mundo de enamorada. Era estúpido y lo sabía, pero no podía evitar sonreír como boba cada vez que recordaba la risa de Isabella o como mordía su lengua al sonreír.
– ¡Bill! – canturreó Riley, colgándose de su brazo derecho, y Grace sujetó el izquierdo.
– ¿De que va esto?– pregunto Billie, un poco intimidada por las sonrisas pícaras que mostraban sus amigas.
Brooke intentaba parecer neutra, pero se reía.
– Tendremos una reunión de chicas– dijo y las tres comenzaron a llevarla a rastras fuera del colegio, por la calle.
– ¿A dónde vamos? Tengo que estudiar, mañana hay clases y...– Billie intentaba poner vagas excusas, pero sus amigas la ignoraban.
– Hoy es viernes– dijo Riley y la castaña abrió los ojos como platos.
«¿No era martes o algo así?». Pensó distraídamente.– Hoy, hoy será el día en que nos sueltes que sucede– dijo Grace con una voz cargada de veneno.
Billie comenzó a temblar e intento soltarse del agarre de sus amigas, ellas prácticamente la cargaron para entrar a la pizzería.
La dueña las recibió con alegría y comenzó a reír al ver cómo Billie intentaba escapar, pero Grace la llevaba hasta la mesa.
– Los jóvenes de hoy en día son muy animados– dijo la atractiva mujer mayor con una sonrisa.
– Ya, habla.– exigió Riley fulminándola con la mirada, Billie se encogió en el asiento.
Parecía un interrogatorio, estaba en la mesa: Grace y Riley estaban sentadas frente a ella con las manos pintadas, observandola con una intensidad abrasadora. Billie tragó en seco, Bee sentada junto a ella también la obsevaba, expectante.
ESTÁS LEYENDO
rivales: billie eilish
Romance"tanto tiempo, tantas cosas, tantas personas y pensar que todo este tiempo yo solo te buscaba a ti." le doy todos los créditos a la autora original de esta historia