Isabella estaba ligeramente arrepentida, ahora, en el vestidor de las animadoras.
¿Como termino aceptando ser novia de Archie?
La respuesta era simple: Apariencias.
El era un buen jugador de fútbol, lo había demostrado hace dos semanas al entrar al equipo. También era popular, todas querían salir con el.
Además, Isabella era un animadora, era casi por un equilibrio social colocarse de novia con el. Era lo normal, lo correcto. Pero se negaba a aceptar la razón más probable, quiso salir con el para sentirse bien consigo misma, que era como cualquier otra chica linda y popular.
Que no era aquella Isabella Crawford que le incomodaba, esa extraña chica con mariposas en el estómago y tontos pensamientos sobre Billie. Esa Isabella era anormal, no tenía sentido, nunca pensaba con claridad alrededor de la ojiazul y sentía extraños impulsos de agarrarla de la mano y entrelazar sus dedos, al verla en el pasillo.
La castaña prefería a la otra Isabella, la normal, con preocupaciones tales como si recibiría un vestido para navidad o si los chicos la invitarían a salir, la cual era ella misma hace un año atrás, antes de conocer a aquella chica gótica del demonio. Archie era lo único que la mantenía cuerda, o la hacía sentirse así, que le gustaba los chicos.
Isabella se repetía así misma que lo que sentía por Billie, si es que se podía definir como un sentimiento, era extraño e incorrecto y sobre todo seguramente un encaprichamiento juvenil.
Nada más. Isabella estaba segura, creía, de que era heterosexual. Claro. Isabella Crawford aseguraba ser completamente heterosexual.
¿Lo que le sucedía? Posiblemente un lapsus... una incoherencia en su crecimiento adolescente.
Respiro profundo, se sentía más segura al anotar sus inseguridades en su diario. Y desde que Billie apareció en su vida, vaya que había escrito... varias páginas en el.
–¡Por supuesto, chicas!– escuchó la voz de la amiga de la ojiazul, aquella que le caía tan mal, Riley.
Frunció el ceño, aún si verla, irritándole su voz, aunque no encontraba una razón exacta por la cual detestaba a la rubia. La chica entró a los vestidores, despidiéndose de unas amigas suyas antes de ir a su casillero. Hace pocas semanas que eran nuevas en el equipo, pero llevaba una pequeña rivalidad, quien hacía mejores giros o quien dirigía los entrenamientos.
Isabella casi siempre ganaba, debería de sentirse victoriosa al ver la mirada resentida que le daba la chica durante aquellos momentos. Pero cualquier felicidad desaparecía al recordar que Riley era amiga de Billie, tenía derecho a sus sonrisas, a abrazarle, a pertenecer a la vida de la ojiazul.
Isabella sentía envidia, y se enojaba muchísimo con ella por aquellos pensamientos absurdos. Por ello detestaba a esta versión de Isabella Crawford, la verdadera no sentiría celos por semejante tontería. La castaña sonrió con sorna, mientras terminaba de hacerse una cola de caballo.
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rivales: billie eilish
Romansa"tanto tiempo, tantas cosas, tantas personas y pensar que todo este tiempo yo solo te buscaba a ti." le doy todos los créditos a la autora original de esta historia