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La alarma sonó indicándole que era momento de levantarse. Era veinticuatro de diciembre y, como todos los años, Boss Chaikamon tenía el día algo ocupado. Primero iría a su restaurante favorito para ordenar varios platillos con la comida más deliciosa del lugar para las personas que; prácticamente, vivían en las calles y necesitaban algo de alimento, después iría a comprar algo de alimento para animales y lo llevaría al refugio y, por último, iría a la juguetería del centro comercial y conseguiría todos los juguetes que los niños del orfanato querían.

Sí, si dieran un premio a la persona más caritativa... sin duda Boss sería uno de los nominados y posiblemente el ganador.

Se levantó de la cama una vez apagó la alarma, se estiró un poco y, con una sonrisa en el rostro, se dirigió al baño para rasurarse el poco vello facial que tenía debajo de la quijada.

Una vez terminó, lavó su rostro y, después de haberse secado, fue hacía su clóset para sacar la ropa más cómoda que tenía. Nunca le había gustado llamar la atención por su ropa, no quería que las personas se hicieran una idea equivocada de su persona solo por lo que llevaba puesto. Al final, optó por ponerse una sudadera, pants y unos tenis algo gastados para después bajar a la cocina, encontrándose con su hermano.

Quien tomaba algo de jugo y le dio una mirada algo burlona al azabache una vez notó lo que llevaba puesto.

—¿Piensas salir así a la calle? —Le preguntó Plan y el chico con facciones parecidas a las de un zorro miró su atuendo antes de preguntar.

—¿Qué tiene de malo? —Escuchó al otro reír y Boss volvió a mirarse—. ¿Me veo mal?

—No, es solo que...

—Solo que... ¿qué?

—Parece que fueras un mendigo o algo por el estilo, es como si esa fuera tu única ropa. Vamos, Boss, ¿por qué no puedes ser normal y salir a la calle con ropa casual como haría cualquier otra persona de tu edad? —Se burló y tomó una de las galletas que su madre había preparado el día anterior—. Ahora que lo pienso, tampoco has tenido pareja. Nunca... Dios, tienes veintiséis años y, al paso que vas, es posible que te conviertas en el tío solterón y virgen. Como el tipo en aquella película, solo que él ya tenía cuarenta. —Boss hizo una mueca al escuchar lo que su hermano acababa de decirle. ¿Qué problema había en que aún no haya tenido pareja en todos los años que llevaba de vida? Para él, por supuesto que no tenía nada de malo.

—Tengo cosas más importantes que hacer que estar pendiente de alguien quien posiblemente solo me quiera por mi físico, dinero o sexo. No tengo tiempo para andar fantaseando con alguien que posiblemente no sabe lo que quiere —aclaró. Tomó el bote de jugo; que su hermano había dejado afuera, y se sirvió un poco en un vaso para después tomarlo.

—Eres exigente, me agrada eso pero vamos, hermano. Tienes que salir con alguien, no querrás quedarte solo el resto de tu vida —trató de convencerlo. Boss sabía que Plan podría tener razón, que debería conocer a alguien agradable, que lo amé y que se preocupara por los demás pero; a estas alturas, también sabía que encontrar a esa persona sería complicado. A la mayoría de las chicas solo les importaba verse bien todos los días, les importaba tener el físico perfecto a tal punto de parecer anoréxicas y los chicos... bueno, la mayoría solo andaba por ahí en busca de sexo, emborrachándose o; lo peor que él podría considerar, siendo traficantes de droga y órganos.— Entonces, ¿qué opinas? ¿Dejarás que tu querido hermano te consiga a alguien con quien salir?

Boss lo pensó cuidadosamente, después de todo, ¿qué era lo peor que podía pasar?

—De acuerdo pero si no me agradan definitivamente, esperaré que el destino se encargue de encontrarme a la persona correcta. ¿Está claro?

El chico perfecto para mi ex // Bossnoeul - FortNoeulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora