El chico perfecto para mi ex // Bossnoeul - FortNoeul

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Fort se despertó de golpe y su respiración empezó a ser irregular. Desde hace unos días había estado durmiendo en la tina del baño de Boss porque; según el azabache, temía que su hermano o su madre terminarán durmiéndose sobre él (uno de esos días que llegaban algo tarde) en caso de que lo dejará descansar en el sofá.

El chico se sentó y talló sus ojos para intentar tranquilizarse pero; de todos modos, algunas imágenes de aquel sueño regresaban a él.

Noche.

Automóvil.

Dos chicos.

Accidente.

Hospital.

Muerte.

Sin duda no entendía absolutamente nada de lo que pasaba en aquel sueño o porque de repente aquella situación se presentó de esa manera. En su vida siempre fue cuidadoso las pocas veces que viajó con Noeul en auto; el auto de Zee por supuesto, y nunca se iban de noche debido a eso, a los riesgos que podría haber sin necesidad de que ellos lo provocarán.

Alborotó su cabello y suspiró con pesadez. La puerta del baño se abrió de repente y miró en dirección a esta. No era necesario que Boss encendiera la luz para que Fort supiera que se trataba de él pero; de igual forma, se sintió algo tranquilo de ver que solo se trataba del azabache en cuanto la luz iluminó el cuarto de baño.

—Creí que seguías dormido —el de felinas facciones cerró la puerta; una vez entró, y se acercó al espejo que tenía en la pared—. ¿Pasó algo malo?

—No, yo... solo estaba durmiendo mal —y no era del todo mentira.— ¿Qué hay de ti? ¿Qué haces despierto?

—Tenía que hacer mis necesidades pero... creo que me incómoda el hecho de hacerlo frente a ti, así que posiblemente me aguantaré un poco —respondió y bostezó—. ¿Cómo es que puedes dormir ahí sin siquiera atravesarlo? —Se atrevió a preguntar y Fort solo se encogió de hombros. Cosa que empezó a confundir al azabache. Porque Thitipong no se quedaba callado así como así, debía haber una razón lógica y, recordando que una vez había escuchado una conversación de Fort y Peat, hizo aquella pregunta que había estado tratando de evitar—. Te molesta que vaya a salir con Noeul el miércoles, ¿verdad? —Ambos se miraron y empezaron a sentirse algo sorprendidos de que el catorce de febrero realmente estuviera demasiado cerca. Fort no supo que responder exactamente a esa pregunta pero Boss empezaba a interpretarla—. Oye, si te incomoda que salga con él... solo dímelo y cancelo la cita. No quiero hacer algo de lo que puedas arrepentirte después y, bueno... tampoco quiero perder a un amigo debido a eso.

Fort mordió levemente su lengua. No se esperaba que Boss entendiera a la perfección el silencio pero; lo que más lo había sorprendido, el azabache lo consideraba su amigo. Estaba empezando a sentir algo por alguien; claro que gracias a él, pero... sorpresivamente prefería perder a Noeul (aunque todavía no tuvieran nada en especial) a perderlo a él.

—Sé que estás muerto y que; una vez encontremos a tu asesino, no volverás a ser de carne y hueso pero... te considero mi amigo. Y mis amigos siempre son primero —y, ahora, volvía a sentir aquella emoción de alegría.

Porque Boss nuevamente le demostraba que es el indicado para Noeul.

—No quiero que canceles tu cita con él —confesó, mostrándole una amplia sonrisa al de felinas facciones para hacerle saber que estaba siendo completamente sincero—. Solo me había estado sintiendo algo incómodo, ¿sabes? Quiero mucho a Noeul y me sentía extraño de verlo con alguien más pero... quiero que él salga adelante. Quiero que vuelva a ser feliz con alguien y, estoy seguro, tú eres la persona indicada para eso.

— ¿Enserio?

—Completamente —Boss solo asintió ante esa respuesta y pasó una mano por su nuca para después decir:

—Será mejor que volvamos a descansar —abrió nuevamente la puerta y miró a Fort por última vez en ese momento—. Buenas noches.

—Buenas noches —repitió el otro y, una vez el de felinas facciones apagó la luz y cerró la puerta, Fort se quedó viendo el techo por unos segundos. Pensando nuevamente en el sueño y en el significado que podría tener.