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Noeul sentía que todo a su alrededor daba vueltas. No quería creer lo que Zee acababa de decirle, quería; necesitaba, oír que todo se trataba de un mal entendido y que Fort solo se había retrasado debido a que había tráfico en la ciudad o porque posiblemente había pasado a comprar algo para cenar. Pero... escuchar como llamaban a un doctor; del otro lado de la línea, lo hizo darse cuenta que no se trataba de ningún sueño.

Todo en ese momento era real.

-¿En qué hospital están? -Preguntó y empezó a ponerse el abrigo que había dejado colgado en el perchero desde el inicio de semana.

-Centro médico Asan.

-Te veo ahí en unos minutos -finalizó la llamada; que había durado menos de lo que imaginó, se aseguró de tomar su billetera y la llave del departamento para después ponerse un par de tenis y salir sin molestarse en atarse las agujetas. El lugar no quedaba muy lejos de su edificio, tardaría diez o quince minutos en llegar si conseguía un taxi en cuanto estuviera fuera del edificio, de lo contrario tendría que caminar. Aunque viendo lo importante del asunto; y lo grave de este, correr era su otra opción en ese momento.

Podría decir que llamar a su madre podía ser otra salida pero; si debía ser sincero, no le dirigía la palabra a esta desde que le dijo que Fort no era el chico indicado para él, un músico que lo dejaría en la calle y que nunca conseguiría el éxito que estaba buscando. Claro que a Noeul todo eso no le importó y, al ver que su madre tardaría en aceptar su relación con el muchacho, la hizo elegir.

Aceptar la relación que tenía con Thitipong o dejar que se fuera de casa sin dirigirle la palabra el tiempo que fuera necesario.

-Ahí está la puerta, es demasiado grande para ti.

Fue lo que ella le dijo dándole a entender cuál era su respuesta, Noeul no iba a admitir que escucharla decir eso le había dolido. Es decir, su propia madre estaba echándolo de la casa. Así, sin más. Sin preocuparle los peligros que había ahí afuera pero; de todas formas, el alto no iba a mostrarse derrotado por lo que; con toda la seguridad que le fue posible mostrar aquella ocasión, salió de esa casa. Cerrando la puerta principal de un portazo y yendo al único lugar donde se encontraba la persona que más quería en ese momento.

La cual; ahora, ya no estaría más a su lado.

-¡Taxi! -Gritó al ver que uno iba pasando y se sintió brevemente aliviado al ver que el conductor había detenido el vehículo.- Centro médico Asan, por favor -dijo y el otro hombre puso el automóvil en marcha de nuevo.

Noeul miró por la ventanilla, los establecimientos y las calles estaban repletos de luces navideñas. El alto empezaba a preguntarse qué le darían de regalo a su querido sobrino este año porque; si no mal recordaba, hace un año él le había conseguido aquella pista de carreras que tanto había pedido. De nuevo recordó cómo conoció a Fort, la manera en la que éste le había llamado desde esa vez, recordó la ocasión que se habían vuelto a encontrar en el concierto de aquella banda extranjera, su primera cita, la canción que el otro le había compuesto el día que se le confesó, la primera vez que se entregó a él e; inevitablemente, empezó a llorar mientras acariciaba el anillo que se encontraba en su dedo. El anillo que Fort Thitipong le había entregado el día de su cumpleaños, como muestra de que quería pasar el resto de su vida a su lado y que aquello ahora solo sería parte de un sueño.

Uno que; por más que quisiera, no se podría cumplir.

(...)

En cuanto empezó a despertar lo primero que hizo fue llevar una de sus manos a su frente. Sentía que esto le dolía un poco y, por más que intentaba en ese momento, lo último que podía recordar fue el momento en el que salía del trabajo. No entendía qué había sucedido después, ni siquiera entendía cómo había llegado a aquel lugar algo frío y de paredes blancas. Se sentó y miró todo a su alrededor, si no fuera por el chico que se encontraba dormido en una esquina de la habitación... posiblemente se sentiría algo solo.

Se levantó de donde estaba y, con mucho cuidado, se acercó al otro muchacho pero se extrañó un poco al darse cuenta que no lo conocía.

-Quizá solo sea un amigo de Noeul -murmuró y se alarmó al recordar al más alto-. ¡Diablos! Noeul se enojará conmigo si no le llamo -trató de buscar su celular, quedándose algo confundido al ver que llevaba una ropa diferente.- Pero, ¿qué...?

-No tienes que preocuparte por el tal Noeul, él ya viene en camino -le aclaró el otro y lo miró, observando cómo se ponía de pie y trataba de limpiar un poco su ropa-. Veo que al fin decidiste salir de tu cuerpo... Fort Thitipong -el nombrado alzó una ceja. ¿Salir de su cuerpo? ¿Qué es lo que ese chico extraño quería decirle exactamente con eso? Es más, ¿quién se supone que era ese chico de ojos extremadamente lindos? Porque era evidente que no era amigo o conocido de su novio.- Perdón por parecer mal educado, soy Peat. Soy... una especie de ángel que ayuda a las personas muertas a llegar al cielo o paraíso como suelen llamarle y...

-Guau, guau, guau... pon pausa y... retrocede un poco, ¿quieres? -Fort río y ahora Peat lo veía algo confundido.

-¿Qué es divertido?

-¿De verdad quieres que crea todo eso? ¿Quieres que crea que tú eres un ángel y que yo... yo...?

-¿Estás muerto? -Preguntó el de ojos pequeños y señaló algo detrás de Fort. Había una especie de camilla y, sobre está, se encontraba lo que parecía ser una larga sábana cubriendo el cuerpo de alguien. Hasta ese momento, Thitipong se dio cuenta de la existencia de aquel cuerpo en la habitación y luego miró; algo asustado, al otro.- Adelante, mírate si no me crees.

Tragó pesadamente, empuñó sus manos y, tímidamente, fue acercándose a aquella persona. La estatura y el peso eran iguales al suyo; o eso parecía, y luego miró el rostro.

Era más que obvio que se trataba de él.

-¿Pu-Puedes dejar de bromear? No es divertido -dijo tratando de evitar lo que estaba pasando en ese momento-. Voy a cerrar los ojos y, en cuanto los abra, todo habrá vuelto a la normalidad, tú no estarás aquí y yo me encontraré en la cama abrazando a Noeul -dicho esto, Fort cerró sus ojos fuertemente y espero un breve tiempo antes de volver a abrirlos pero se sintió algo desconcertado al ver que Peat seguía ahí.

Mirándolo detenidamente con una mueca en el rostro que le daba a entender que; de alguna forma, lamentaba lo que le había sucedido.


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Tenemos a fort fantasmita >_<

Estare actualizando aqui ...... asi q nos vemos mañana con otro cap

El chico perfecto para mi ex // Bossnoeul - FortNoeulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora