+18 |Terminada
fue vendida por la única persona que tenía en este mundo durante 2 años, tuvo que aguantar el cruel destino que le tocó en este mundo. Hasta que lo vió a él, a pesar no reconocer sus rasgos faciales, sabía que ese hombre el doble más...
Después de que Elizabeth traerá la comida en la habitación, ambos no metimos en la cama.
Yo con mi computadora en mano porque tenía algunos asuntos que hacer, y quería aprovechar ese momento para luego tener unos momentos de paz con ella, mientras tanto la conejita se encuentra comiendo, o mejor dicho tratado de comer, ya que a pesar de que no desayuno en la mañana no parece tener suficiente apetito algo que siempre ha tenido, ahora entiendo por qué es tan pequeña y delgada, ella simplemente no come, la cantidad de comida adecuada.
— Ray. — Me llama, pero ya sabía a qué venía.
— Come. — Hace un leve puchero y sigue comiendo tras mis regaños. Ya después de unos minutos habla nuevamente
— Listo — Volteo para observar que apenas había comida la mitad de la comida. — Ya no puedo más. — Niega y suspiro, si ella no quiere más no puedo forzarla.
— Está bien, al menos comiste más esta vez. — Sonríe y deja la charola en la mesita de noche acercándose.
— ¿Qué estás haciendo? — Cuestiona acercándose; sin embargo, antes de que sus ojos llegarán a la pantalla de la computadora, termino cerrándola. — ¿No confías en mí?
— No es cuestión de confiar en ti, sino que no te quiero involucrar en esas cosas.
— Solo quería ver.
— ¿Segura? — Asiente, y nuevamente abrí la computadora enseñándole lo que estaba haciendo.
— ¿Qué es eso? — Frunce los ceños, y se tapa los ojos.
Prácticamente era la noticia del asesinato de la familia Smith y mostraba cada detalle, la casa quemando y con algunos cuerpos que lograron salvar para que no se quemarán.
— Te le dije. — Cierre la computadora mientras qué ella me mira, como si quisiera hacer alguna pregunta, pero claramente se está cuestionando de si hacerlo o no. — Pregúntame lo que querías conejita.
— ¿Tú hiciste eso? — Sisea y asiento. Entiendo que esas escenas sean muy crudas para ella, pero debe saber a qué me dedico y la clase de bestia que soy.
— Tal vez esto te parezca mal, pero.
— Está bien, Ray. — Me interrumpe. — No tienes por qué darme explicaciones — Sonríe mirándome — Si has hecho eso es por algo, y seguro que se lo buscaron.