capitulo 68- Amándote

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Eʟ ᴘᴇᴏʀ ᴘᴇʟɪɢʀᴏ ᴘᴀʀᴀ ᴛᴏᴅᴏs ɴᴏsᴏᴛʀᴏs ɴᴏ ᴇs ᴀᴘᴜɴᴛᴀʀ ᴅᴇᴍᴀsɪᴀᴅᴏ ᴀʟᴛᴏ ʏ ɴᴏ ᴀᴛɪɴᴀʀ, sɪɴᴏ ᴀᴘᴜɴᴛᴀʀ ᴅᴇᴍᴀsɪᴀᴅᴏ ʙᴀᴊᴏ ʏ ᴀᴄᴇʀᴛᴀʀ

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Eʟ ᴘᴇᴏʀ ᴘᴇʟɪɢʀᴏ ᴘᴀʀᴀ ᴛᴏᴅᴏs ɴᴏsᴏᴛʀᴏs ɴᴏ ᴇs ᴀᴘᴜɴᴛᴀʀ ᴅᴇᴍᴀsɪᴀᴅᴏ ᴀʟᴛᴏ ʏ ɴᴏ ᴀᴛɪɴᴀʀ, sɪɴᴏ ᴀᴘᴜɴᴛᴀʀ ᴅᴇᴍᴀsɪᴀᴅᴏ ʙᴀᴊᴏ ʏ ᴀᴄᴇʀᴛᴀʀ.

...ᘛ⁠⁐̤

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Khristeen Diatlova
[                                                 ]

Hace tiempo que me di cuenta de que mis sentimientos por él, no simplemente son de gratitud por lo que ha hecho por mí hasta ahora, tras sacarme en ese lugar. En esos pocos meses él me hizo ver el mundo lleno de colores y vida, no como acostumbraba a verlo, gris y sin vida. Raymond se había convertido en algo más para mí. Algo más que un esposo por un acuerdo... Sin darme cuenta, ese hombre bestia se había metido en lo más profundo de mi ser.

Lo había aceptado, está bien si amarlo tenga consecuencias más adelante e incluso salir lastimada... Después de todo, el corazón jamás decide a quién amar; sin embargo, esas palabras me salieron tan repentinamente que no tuve tiempo de frenar a tiempo.

— ¿Me amas? — Su caricia en mi rostro hace que cierre los ojos.

Tal vez esté sobrepasando los límites, cruzando una línea que jamás debería haber cruzado, pero no me arrepiento.

— Olvídalo. — Me aferró a su cuerpo como si tratara de esconderme, por las palabras que acabo de decir tan a la ligera. — No dije nada.

— Conejita. — Me tomó del hombro obligándome a mirarlo. — Repítelo. — Su voz suena extremadamente suave.

— Raymond.

— Quiero que lo repitas — Me toma en la cintura y jadeo. Todavía sigue en mi interior a pesar de haber llegado al clímax. — Por favor. — Junta su frente con la mía susurrando entre súplicas. — Por favor...

— Te... Te amo. — Desvió la mirada porque es la primera que hago todo eso y menos confesarme a un hombre. Ray ha sido mi inicio de casi todo.

— Realmente sabes cómo volverme loco. — Toma mi mano dándole un mordisco a mi dedo pulgar. — Esas palabras hacen que nuevamente quiera hacerte el amor.

¿Hacer el amor? ¿Qué diferencia hay entre follar y hacer el amor?

Me pregunté a mí misma, y esa respuesta me llegó de inmediato.

Tal vez follar solo sea entregar el cuerpo, mientras que hacer el amor se entrega todo. 

Esas palabras me dan entender que no solo yo tengo esos sentimientos por él. Está bien si todavía no puede decirme esas palabras que tanto quiero escuchar, que tanto quiero escuchar con su voz.

Me lo he repetido incontrolable veces; sin embargo, ¿a quién engaño? Porque no es así, pero quise conformarme porque no podía pedir todo cuando yo no entrego nada.

— ¿Tú me amas, Ray? — La habitación que hace poco estaba llena de chapoteo y jadeos se ha vuelto en un silencio extraño; de su parte, simplemente no responde.

Aprieto los labios, tal vez me haya pasado de la raya con esa pregunta, pero no importa cuánto me siga diciendo a mí misma, que no importa si él no dice esas palabras, pero me he dado cuenta de que, en lo más profundo de mi ser, sí importa. Realmente quiero escuchar esas palabras por parte suya, aunque sea solo una vez, aunque sea solo por unos segundos. Quisiera oírlo, decirme esas dos frases.

¿Pido demasiado acaso? No debí llegar a querer más.

Tal vez este fue mi error desde el principio, al aferrarme a él.

Mi mayor miedo se convirtió en mi realidad sin darme cuenta.

Respiró profundo, peinando mi cabello hacia atrás. Supongo que después de todo realmente me ha vuelto codiciosa, deseando más de ese hombre que me ha dado suficiente, de hecho más de lo que merezco.

— Olvídalo. No sé por qué hice esa pregunta— Debí suponer que jamás me respondería, porque parece que esas palabras simplemente le es imposible pronunciarlas.

— Pensé que esa duda se había resuelto. — Acaricia mi mejilla, pero mi mano lo aleja. — Nunca, pero nunca me he sentido así con ninguna mujer conejita, te lo había dicho, ¿No? Desde la primera vez te reclamé con mía y solo mía. ¿Cómo puedes preguntarme algo así? —Da un mordisco leve en mi oreja haciéndome estremecer.

— Quiero escucharlo. — Mi mano tomó ambos lados de su rostro. Porque si él no me lo dice, jamás lo sabré con certeza y tampoco quiero ilusionarme para luego decepcionarme de una vez, así que, quiero que él mismo me diga esas palabras.

Sin embargo, me da la vuelta bruscamente, dejando en la cama, con mis rodillas apoyadas en ella con mis manos, mientras que mis senos hacen contactos con las sábanas, dejándome en una posición vergonzosa.

— Tengo una buena vista desde aquí —pensé que esto había acabado aquí, pero a juzgar por sus palabras me equivoqué. Su mano manosea mi trasero, mientras que sus labios hacen contacto con mi espalda enviándome descargas eléctricas que hacen que todo mi cuerpo tiemble bajo el suyo.

— No podemos seguir así. Yo... — Intento hablar para detenerlo; Sin embargo, hizo caso omiso y ni siquiera me dejó hablar para penetrarme desde esa posición extraña.

Gimo apretando las sábanas, esto es más placentero de lo que pensaba y más en esa posición. Con cada embestida que da, siento cómo mi vientre se hincha y mi cuerpo se retuerce. Sus manos están firmemente en mis caderas sin detener sus embestidas. Jadeó y gemí, hundo mis dedos en las sábanas al sentir cómo me estaba a punto de desmayar de Placer.

— Sé que he sido un cobarde contigo, pequeña, ángel— Sus labios nuevamente hacen contacto con mi espalda, llegando hasta mi oreja, recorriendo su lengua por todo mi lóbulo. — Pero lo único que quiero que sepas, es que tú, eres mi mundo entero.

Sus dientes se clavan levemente en mi cuello, susurrando aquellas palabras que me dejan extremadamente sorprendida.

— Ray… — Lo miré sobre el hombro tras sus embestidas repentinas, con mi cuerpo vibrando de éxtasis y con solo unos toques en mis senos, logró hacerme perder la cabeza, llegando a mi límite nuevamente, explotando de placer en sus brazos.

Una de sus manos se enreda en mi cintura sin detener sus movimientos, llegando a su límite al igual que yo.

Mi visión es borrosa y cada vez mis ojos se hacen más pesados, imposibles de mantener abiertos, mi cuerpo ha llegado a su límite.

No tengo idea a qué hora comenzamos con todo eso, pero mirando desde la ventana ya se ha oscurecido por completo.

— Te amo.

Es lo último logro escuchar antes de desmayarme, no sé si esas palabras simplemente fueron un sueño, o de verdad esas palabras salieron de su boca, o tal vez fue producto de mi imaginación, no lo sé exactamente.

Sin embargo, si fuera así o no. De algo estoy segura, jamás podría arrepentirme de amarlo.


En Las Manos De La Bestia [+18] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora