En Las Manos De La Bestia [+18] |Terminada|

capitulo 66- Bestia.

Hᴀʏ ᴏ̨ᴜɪᴇɴ ᴅᴇᴊᴀ ʜᴜᴇʟʟᴀ ʏ ʜᴀʏ ᴏ̨ᴜɪᴇɴ ᴍᴀʀᴄᴀ ᴇʟ ᴄᴀᴍɪɴᴏ.

ᘛ⁠⁐̤

෴෴෴෴෴෴෴෴෴෴෴

Khristeen Diatlova
[                                             ]

Todo ese tiempo pensé que no quería tocarme simplemente porque le daba asco por el simple hecho de salir en ese lugar que todo saben de qué se trata, siempre se detenía a mitad del camino cuando algo sucedía entre nosotros y en un tiempo pensé que simplemente no quería tocar algo tan sucia como yo, y aunque trate de aceptarlo, me es imposible.

— Mmm. — Gimo con las estocadas de sus dedos tras romper el vestido en dos, realmente recién me doy cuenta de que ha estado aguantando por mucho tiempo. Repita agitadamente en mi cuello.

— Me vas a volver loco, conejita. — Gruñe y me doy vuelta, dejándolo esta vez a él de espaldas en la cama y me subo arriba restregando su miembro con mi trasero. Gruñe ante tal acción con sus manos bien firmes en mi cintura. Me incliné hacia él, dándole un corto beso para alejarme.

— ¿Que haces?. — Se sienta en la cama y siento sus ojos fijos en mí observando cada uno de mis movimientos.

— Quiero hacerte sentir bien, Ray. —murmuró con los labios entreabiertos, me arrodillo entres sus piernas, tragando seco al quitar la toalla que cubría su dureza.

— Conejita — Hecha la cabeza hacia atrás cuando mis manos hacen contacto con su polla.

Es más grande que esa vez, ni siquiera me cabe en mis dos manos. No puedo negar que tengo miedo, pero aun así no puedo detenerme. Quiero dejar el miedo atrás para entregarle todo de mí, tal como lo ha hecho él.

Subo mi mano y lo bajo repitiendo la acción una y otra vez, quiero hacerlo sentir bien, pero no tengo ni puta idea de cómo.

— Primero hazlo lento, conejita. — Acaricia mi cabeza y asiento y no paró de subir y bajar mi mano por su longitud.

Se dio cuenta de que ni siquiera sabía lo que estaba haciendo. Desvió la mirada bajando y subiendo mis manos lentamente.

Cierra los ojos cada vez que mis manos se mueven.

— Ahora saca la lengua. — Sigo su orden como una niña obediente sacando la lengua sin dejar de subir y bajar mis manos. Toco la punta con mi lengua sin detener los movimientos de mis manos, alzó la mirada y observó cómo cierra los ojos para volver abrirlos. — Joder. — Gruñe. — Abre la boca conejita. — Hago lo que dice y abro la boca, e intentó tragar toda su polla, pero me es imposible porque  ni siquiera entro la mitad y sentí mi boca demasiado llena. — Sácalo. — Sigo sus órdenes y lo sacó y sus dedos se dirigen a mis labios metiendo dos dedos en mi boca. — Saca la lengua. — Hago lo que dice,  aun con sus dedos en mi boca, y comienza a jugar con mi lengua.