♥Día seis del maratón♥
~¡Estoy tan cansada que casi me duermo sin subirlo, pero ustedes son primero!
···Porfavor vota, fanstasmita-.-:* ¡Me esfuerzo mucho! ····
¡Buena noche! (A veinte minutos de media noche:3)
♡♡♡OJALÁ DISFRUTES DE LA LECTURA♡♡♡
Capítulo 18. ¿De qué me perdí?
Sisha vacila y desvía la mirada, la observo incrédula un momento indeterminado, en definitiva echo un vistazo a Darío en busca de respuestas, quien en respuesta tensa la mandíbula.
―Como empezar... ―duda e intercambia miradas con Sisha por lo que en consecuencia me comienzo a irritar.
―Dile ―indica Sisha indecisa―, sé sutil.
Insisto con Darío, tengo la curiosa sensación de que de alguna forma Darío valora más la opinión de Sisha que mi insistencia. ¿Qué está pasando aquí?
―Otra tú ocupa tu puesto en el centro galáctico ―responde Darío de pronto.
Sisha lo fulmina con la mirada y después me mira preocupada. Niego con la cabeza, eso no es sorpresa para mí.
―Sí, es Tinia. ¿Qué mierdas ha hecho? ―mi tono de voz se eleva y Mike a mi lado y sujeta con cariño la mano.
―Bueno, ella... ―vacila Darío.
―¡¿Que ha hecho esa perra?!
Ellos me explican todo. Tinia se ha encargado de suprimir nuestro esfuerzo de mantener los planetas en armonía y tranquilidad sin la mínima consideración, llevándose entre las patas a mis amigos. Técnicamente Ciska ha rencarnado en ella.
Cuando terminan de contarme los detalles, mi respiración esta agitada, mi barbilla tiembla y mis uñas se me entierran en la piel por la fuerza de mis puños.
―¡Vámonos ya! ―digo con la voz distorsionada por la furia. Salgo de aquélla especie de cueva antes de que todos los presentes reaccionen.
Sisha y Darío gritan, pero los ignoro. Mi cabeza está mareada y escucho a Mike gritar pero tampoco me giro.
Apenas estoy por traspasar la salida, cuando un par de brazos me rodean bruscamente y me hacen gritar. Identifico a Markus, no hace falta mencionar que comienzo a gritar y patalear sin fin.
Mike y Darío entran en acción apenas comprender la situación, Markus me suelta y caigo en los brazos de mi novio con la ira hirviendo en mis venas.
―¡No vuelvas a tocarla! ―exige Darío, me giro para verlo sostener a Markus contra la pared.
Sisha lo sujeta por la cabeza y murmura algo en su oído, ¿de nuevo Sisha? Finalmente Darío lo suelta y el habitante de Crizxell no se ve muy contento.
―¡Si hubiera salido, esa pendeja se hubiera muerto! ―grita Markus a Darío.
Mike a mi lado se molesta, lo tomo del brazo y yo, por mi parte también me tranquilizo.
―gracias, pendejo ―añado con sarcasmo y pongo los ojos en blanco.
―Verás Celeste, la presión de afuera te mataría. Debes salir con una protección especial, tal cual lo hizo Mike para llegar a este lugar. Nos costó trabajo encontrarte ―narra Sisha.
―Sí, ya sé. Lo siento ¿ok? Pero debemos llegar al centro galáctico. Es hora de que mis amigos dejen de ser los sumisos de esa tipa. ¡Yo nunca les haría hacer algo así! ¡Debo ir ya para demostrarles que yo soy la verdadera... Yo!
―Celeste espera, guarda silencio ―susurra Darío. Todos lo mirados extrañados pero hacemos lo que nos pide.
A mi alrededor todos parecen comprender que algo pasa, menos nosotros. Experimento un bajón de ánimos cuando reitero que ya no soy una kadrox. No me dejo llevar por lo anterior y deduzco que han escuchado algo inusual.
Markus, una vez más sereno, nos advierte con la mirada y se acerca a la entrada, precavido. Sisha nos pide retroceder al interior de la especie de cueva blanca. Markus sale.
Mi pulso ésta acelerado con un toque intranquilo. Sujeto a Mike de la mano y él la presiona la mía brindándome seguridad. Retrocedo inquieta.
Darío se coloca a un costado de Sisha, más cerca de la salida y en posición de ataque. ¿Ahora son la mejor pareja de ataque?
Durante unos segundos todos nos mantenemos vacilantes, hasta que un grito nos pone los pelos de punta. Aun así, nadie retrocede o se exalta, a excepción de Mike, el único cien por ciento humanos.
Markus entra con superioridad, tiene entre las manos el cuello de alguien, me suelto de Mike y voy en su dirección cuando identifico a ese ser.
―Suéltalo ―se me adelanta Darío.
El kadrox, bajo el antebrazo de Markus se queja, éste hace una mueca de irritación y lo suelta con un bufido.
El kadrox cae al suelo pero de inmediato se incorpora tratando de mantener la dignidad.
―Henry, ¿estás bien? ―cuestiona Darío sin perder de la vista a Markus.
Me siento mal por no conocer a éste kadrox, sin embargo Ciska durante su mandato no me había permitido interactuar con nadie más.
―Por supuesto ―responde secamente examinándonos a todos en el lugar y finalmente deteniéndose en mí con gran sorpresa―, ¿Cómo es?...
―La Celeste del Centro galáctico, no es más que Tinia disfrazada. ¿Me puedes decir que pasa? ―pregunta Darío sin darle tiempo a procesar sus palabras, con evidente irritación en su tono de voz.
Henry vacila confundido y mira a los lados en busca de una respuesta congruente.
―Para empezar vi tu ruta en el computador de tu asistente ―se excusa de forma nerviosa regresando a mí―. Y tu otra tú, activó varios detonadores en los planetas cercanos...
El grito se produce en unísono y resuena en la especie de cueva, me invade la culpa y no sé cómo reaccionar.
Tinia acabará con otros planetas, tal como Ciska atacó al mío.
―¿Cómo es eso posible? ―cuestiona Sisha molesta― ¡Los miembros del consejo no pudieron ser tan estúpidos para permitirlo!
Indignada y furiosa, se va contra Henry al mismo tiempo que Darío y yo.
―El problema es que... ―continúa Henry al parecer más inquieto por sus palabras que por nuestra presencia.― Bueno, ellos están cautivos.
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Guardiana de Estrellas
Science Fiction—¿Lo ves? ¡Allá! ¿Acaso no es hermosa? —dije señalando con mi dedo la estrella más brillante de la noche negra. ―Claro que es hermosa, pero se queda corta con tu belleza, mi amor —Respondió el y me colocó un tierno beso en la frente. —Si me lo dices...