(Cap. 25) Guardianes.

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Cuando lo veo, quedo en shock. Sus radiante mirada se ve ilumada con una chispa verde profundo en el que parecen haber juegos artificiales en su máximo esplendor. Me observa con atención.

Su cabello es más castaño que nunca, casi acercándose al rubio. Y luce desaliñado sobre su tez clara. Con gran constraste, el resto de su cuerpo viste un traje negro que lo cubre completamente, resaltando todavía más sus rasgos claros. Sobretodo un perfecto círculo verde con tonos fríos destellando en cada momento. Sin embargo, parece adormilado, como drogado... Confundido.

Los minutos se los bebe el tiempo sin dejar rastro. Me encuentro de pie, con Mike enfrente de mí.

―También estabas muriendo, ¿verdad? ―Casi retrocedo al escuchar su voz. Es más gruesa y profunda de lo que recordaba―, ¿Cómo estás?

―Bien ―Mi voz en cambio, es más suave y meolodiosa que nunca. Todavía no salgo de mi asombro cuando me invaden los sentimientos y mi voz se quiebra―. Oh, Mike...

Aún con la sensación de que no es mi novio el que tengo enfrente, la necesitadad de abrazarlo es tan fuerte que lo hago sin pensar en las consecuencias. Mike no reacciona hasta que nuestros cuerpos sufren contacto y se produce una descarga de electricidad que nos inmobiliza por unos segundos.

El cuerpo de Mike se paraliza y su respiración se corta. Incapaz de moverme o hablar, espero con miedo a que algo pase.

Mike acaba de ser transformado; además del daño psicológico y el dolor que edo involucra, su cuerpo de igual manera que el mío tiene gran energía reprimida, que por lo visto no reacciona de buena manera.

―¿Te he hecho daño? ―pregunta Mike, preocupado.
Sonrío.

―No, amor. Pensé que yo te había lastimado a ti.

Suspiro. La energía cesa y enrollo mis brazos en su cuello con ternura.

―Celeste ―murmura adormilado y me mira a los ojos, como si acabase de notar mi presencia―. Mi amor...

―Aquí estoy Mike, contigo.

―Pensé que habías muerto, cuando me acerqué a ti sagrabas mucho y no pude ayudarte porque Roco me traspasó el torso con una espada... ―su voz es neutral pero sus palabras no dejan de ser escalofriantes. Se me comprime el corazón al escucharlo―, sentí que moría y caí a tu lado. Moriría a tu lado... Eso estaba bien... Lo último que vi fue a Markus peleando de nuevo con Roco. Y ahora estoy aquí, contigo. Estamos vivos, Celeste. Y estamos juntos. ¿Acaso el universo resultó ser un buen tipo después de todo?

―El universo es un misterio ―murmuro en su oído―, y ahora somos kadrox. Nuestro deber es entenderlos.

Mike coloca mi rostro entre sus manos y me mira con una sonrisa discreta.

―Juntos, vivos y perdidos en el universo ―comenta sonriente. Me da un beso en la nariz y vuelve a sonreir plenamente―, pero vivos, amor. Y juntos.

―Juntos, vivos y en el universo ―repito con una curiosa felicidad en mi estómago cuando creo en el verídico significado de las palabras. Acerco mi boca a sus labios y murmuro―; como siempre debió ser, juntos.

Mike acerca sus labios hasta casi acarciar los mios, pero no me besa. Coloca su brazo derecho en mi cintura y el izquierdo en mi espalda, atrallendome hacia él.

―Amor... ―me llama. Su aliento fresco me acaricia con savidad los labios y deseo concluir en un beso, pero me contengo y permito que mi corazón lata al ritmo de mis sentidos. Con dificultad retiro la vista de su boca y lo miro a los ojos―, mi hermosa deja de mirarme así, no me dejas concentrar.

Guardiana de EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora