Marcos arrugó la nariz al entrar al departamento de Enzo. El aroma muy agrio por parte del omega era notable, y a Marcos no le gustaba saber que su amigo estaba mal.
—¡Enzo! —lo llamó. No obtuvo respuesta—. ¡Enzo! —lo volvió a llamar, mientras se dirigía hacia su pieza, suponiendo que estaría allí.
Tocó la puerta, y se alarmó al escuchar sollozos del otro lado.
«Omega está mal», le decía a Rojo su parte alfa.
—¡Enzo! —lo llamó.
—¡Andate! —chilló Pérez, entre llantos.
Marcos suspiró negando con la cabeza. Abrió la puerta y entró. Pocas veces había visto llorar a Enzo, pero nunca como esta vez. Se acercó para abrazarlo.
—¿S-Soy un m-mal omega, Marcos? —le preguntó Enzo apenas vio que se acercaba, limpiándose cómo podía las lágrimas.
—No, ¿por qué decís eso? Sos un buen omega. —Marcos se sentó a su lado y lo abrazó, ignorando el agrio aroma de Enzo.
—¿Entonces por qué me dejó y marcó a otro? —sollozó Enzo.
¿Qué?
—¿Que hizo qué? —gruñó Marcos.
Enzo se estremeció ante el gruñido, y expuso su cuello para que vea que ya no tenía la marca. Para que vea que Scocco se había ido y había marcado a otro omega o beta.
—Soy un mal omega, sino Nacho no me hubiese abandonado. ¿Q-Qué hice mal? —susurró entre lloriqueos, Pérez.
—Nada —negó Marcos con suavidad, preocupado. Enzo podía caer en depresión ante la ruptura de su lazo—. No hiciste nada mal, Enzo, que Scocco no haya podido ver lo maravilloso que sos es tema de él.
—Algo mal hice, Marcos —repitió Enzo sin hacerle caso—. Sino no me hubiera llamado para decirme que soy un inútil, que ni siquiera le pude dar cachorros, que ni para eso servía. —Rojo todavía recordaba cuando su amigo le contó muy emocionado que esperaba un cachorro, pero terminó perdiendo ese embarazo. Le dolió y cayó en depresión ante esa pérdida, ya que le había costado mucho quedar encinta.
—Él es un idiota, Enzo. —Marcos lo abrazó y acarició—. No sabe nada. No sos un inútil.
—Ya perdí a un cachorro, Marcos, ¿qué hago si pierdo a este? No voy a poder soportar otra pérdida —susurró Enzo.
—¿Estás embarazado? —le preguntó el alfa, y Enzo asintió mientras temblaba un poco. Ante eso, Rojo se sacó la campera y se la puso a su amigo.
—Ya perdí a un cachorros y perdí a mi alfa... ¿Qué hago si pierdo también a este cachorro? —Enzo lo miró, desolado.
—No lo vas a perder y yo me voy a encargar de eso —le dijo Marcos, agarrando su cara. No sabía si Scocco sabía o no, y no le interesaba—. Te voy a ayudar, voy a estar para todo lo que necesites. No voy a dejar que caigas de nuevo.
—¿Cómo estás tan seguro de que no voy a caer de nuevo?
—Porque te conozco. Sos fuerte, Enzo —susurró Marcos.
Enzo se mordió el labio y lo abrazó con fuerza, escondiéndose en su pecho buscando un lugar seguro. Tenía mucho miedo. ¿Y si perdía a su bebé?
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Ayudándote |Marenzo|
RomanceDonde Marcos Rojo ayuda a Enzo Pérez a criar a sus cachorros. [Comienzo: 02/03/2024]