—Enzo, no es necesario que las cuides, se pueden quedar con la madre —le dijo Marcos un par de días después.
¿Qué pasaba? Marcos tenía que ir a trabajar, y en ese momento las nenas solían quedarse con la madre. Hasta ese día, cuando Martina le preguntó a Marcos si podían quedarse con Enzo.
Enzo estaba presente cuando las nenas le preguntaron eso a Marcos, y sintió a su omega aullar y saltar de la felicidad al saber que tres cachorras querían estar con él.
—Marcos, sí quiero cuidarlas —le dijo Enzo.
—¿Estás seguro de que vas a poder? —le preguntó Marcos, acariciando su panza.
—Estoy embarazado, Marcos, no inválido —respondió Enzo sin poder evitar un ronroneo.
—Bueno, sólo me preocupo. —Marcos sonrió y se acomodó mejor para seguir acariciando.
—Andá —susurró Enzo, con dificultad ya que no quería separarse—. Andá que yo las cuido.
Marcos besó su frente y se levantó para irse. Buscó a sus hijas, que jugaban en el living, y las saludó.
—Se portan bien con Enzo —les advirtió.
—Obvio que se van a portar bien, ¿no? —Enzo miró a las nenas, quienes chillaron que sí mientras corrían hacia él.
More y Martina se frenaron para no chocarlo, sabiendo su estado, y Pérez aprovechó para alzar a Luna, quien se escondió en su cuello para oler su aroma. Enzo nunca había sentido tan feliz a su omega.
Marcos los miró una vez más, y se fue con una sonrisa.
—¿Hace cuánto conocés a papá? —le preguntó Morena a Enzo, cuando el omega se sentó en el sillón.
Enzo prácticamente tembló ante su mirada, hasta que se recordó a sí mismo que sólo era cachorras, que no podía estar nervioso.
—Desde chiquitos —respondió Enzo, mientras empezaba a preparar el mate—. Nos conocimos en fútbol a los... 8, 9 años me parece.
—Qué lindo —chilló Martina, y Enzo se sonrojó mientras asentía.
—¿Cuándo nace? —le preguntó con timidez Luna, señalando su pancita.
—Falta todavía —fue la respuesta de Enzo—. Son dos —sonrió.
Las tres cachorras soltaron un "aaaaww" y se acercaron más al omega, quien se sonrojó apartando la mirada.
—Saben que si lo asustamos, papá nos mata, ¿no? —les dijo More a sus hermanas, notando cómo estaba el omega.
No estaba asustado, sino más bien... cohibido, se podría decir.
—No pasa nada —le dijo Enzo a la mayor de las hijas de Marcos, mientras Luna se sentaba con timidez a su lado. Enzo la miró y, con cuidado, la alzó para sentarla en sus piernas luego de tomar un mate.
—¿Seguro que no? —le preguntó Morena.
—Seguro —asintió Enzo, dejando que la cachorra más chica se esconda en su cuello, justo donde estaba la glándula—. ¿Sos alfa? —le preguntó Enzo con timidez, a More.
—No me presenté todavía —respondió ella—, pero todos dicen que sí, que voy a ser alfa. —Lo miró, y Enzo agarró su mano para que acaricie su vientre. More sonrió y lo hizo—. Si me presento y soy alfa... a los primeros que voy a proteger, va a ser a mis hermanas... y a vos y a ellos dos —murmuró un poco sonrojada.
Enzo hizo puchero mientras la atraía hacia él para abrazarla.
—Gracias, More —le susurró al oído, y ella ronroneó acurrucándose con cuidado contra él. Obvio que no dejó que ni Martina ni Luna acariciaran el vientre del omega. Por cierto, se durmió cuidándolo así, y Enzo no podía amarla más a pesar de conocerla hacía tres días.
Martina lo miró, acomodándose contra el costado del omega sin incomodarlo, y sonrió.

ESTÁS LEYENDO
Ayudándote |Marenzo|
RomanceDonde Marcos Rojo ayuda a Enzo Pérez a criar a sus cachorros. [Comienzo: 02/03/2024]