Opposite Poles | wenclair

17 - blue wolf

- [Espera, ya regreso] - se despidió la mano, moviéndose velozmente hacia la salida de la habitación, dejando a ambas chicas absolutamente solas, una desmayada y otra observándola.

Las gotas de lluvia caian, haciendo que el ambiente se hiciese frío, pero no tanto como para congelarlas, lastima que Merlina no estuviese conciente de ese clima que tanto le gustaba, a diferencia de enid, que no le gustaba la lluvia.

Eran simplemente traumas de pequeña, aún sentía la voz de su madre retumbar por su cabeza repitiendo la misma frase, "No entiendo por qué no puedes ser como tus hermanos, te tiene que gustar el lodo, enid, la tierra, cazar animales, eres tan.. diferente.."

Era significativamente horrible ese sentimiento de desprecio y aún más horrible viniendo de tu propia madre, tanto que algunas lágrimas amenazaban con salir de sus humedecidos ojos.

Sentía un nudo en la garganta de tan solo recordar el fracaso que era, ese mismo día lo había comprobado, por su culpa habían apuñalado a su mejor amiga y ahora está se encontraba desmayada.

Casi se retiraba a llorar en silencio pero vio algo que le llamo la atención, un pequeño movimiento se hizo presente en la nariz de su monocromática amiga haciendo que una pequeña sonrisa se dibujase en su rostro al ver como esta misma fruncia la nariz.

- ¿Melona? - llamo cariñosamente y con cuidado de no gritarle a su ahora aturdida amiga, con una sonrisa genuina en su rostro al ver como la pelinegra abría los ojos bruscamente en protección hacia alguna amenaza.

- ¿Enid? - susurro frunciendo el ceño debido a los pocos centímetros que separaban sus rostros.

- ¿Cómo te sientes? - pregunto ahora con un tono de voz dulce intentando ocultar su felicidad y sus ganas a envolverla en un abrazo hasta que se le calleran los brazos.

- ¿Mer? - intento llamar su atención viendo como su amiga se perdía en sus pensamientos.

O tal vez en sus labios.

- Enid.. estás muy cerca - susurro merlina para no sonar tan ruda, aunque se veía bastante extraña la posición en la que ambas estaban, lo último que quería era "separarse" de esa vista.

Tal vez se estaba odiando a sí misma por lo que estaba haciendo pero evitar ver los labios de la licantropa era imposible.

Simplemente lo era considerando la poca y amenazadora distancia que las separaba y es que Merlina no era una persona de mucho contacto físico, de hecho desconocía mucho sobre este, pero en estos momentos eso era lo que menos le importaba a su traicionero órgano que se hacía llamar cerebro, transmitiendo imágenes y pensamientos de ambas chicas un poco más cerca, lo suficiente como para que Merlina estuviese atacando ferozmente los labios dd aquella chica.

Eran como electrochoques de pensamientos, simplemente espectacular y atemorizante.

Si bien algunas imágenes de ambas aniquilando el espacio entre sus labios habían estado anteriormente en la cabeza de merlina, nunca habían estado tantas y al mismo tiempo en su cabeza como lo estaban haciendo ahora.

Y mientras que una se perdía en sus pensamientos la otra solo la observaba, dándose cuenta de que algunos pensamientos que no deberían de estar allí se hicieron presentes en su cabeza.

"Ahora que la veo mejor, ella es demasiado linda" penso.

Y es que es normal considerar atractiva a una persona, lo que no es normal es gustarte ese pensamiento.

Más de lo que deberías.

- [Ya vine, yo..] - se quedó estático en su sitio observando como ambas chicas se besaban o por lo menos eso veía la mano desde su visión.