Encestar en tu corazón >𝘏𝘦𝘦𝘴𝘦𝘶𝘯𝘨<

PARTIDO 2

–No quiero ir...–me quejé cansada.

–Solo camina hasta las gradas, después te quedarás sentada, ¿no quieres ver a tu mejor amigo?–dijo Jeongin quejándose.

–No.

Jeongin estaba en el equipo de basquetbol de la prepa, hoy tienen entrenamiento y quiere que vayamos a verlo.

–Vamos Seorin, será divertido.–rogó Yeji.

–Estoy muy cansada, ¡ustedes no saben por la tortura que pasé ayer...!

–Pero si vamos a estar sentadas...–rogó Minji junto a Yeji.

–¿Están todos en contra de mi o qué?–dije mirando a los tres, que me miraban con ojos tiernos.–No hagan esa cara, me dan ganas de vomitar. Está bien, iré.

Todos se emocionaron y me llevaron de los brazos, con suerte alcancé mi mochila. Los miércoles no tenía entrenamiento, Jeongin y las chicas trataban de raptarme para ir a ver su entrenamiento, pero siempre me escapaba, hoy fue la excepción...

Llegamos a la cancha de basquet, venía quejándome todo el camino, los chicos estaban hartos de escuchar mis insultos.

–Debes dejar de insultar cuando estás cansada, Seorin...

–No quiero, cállate..

Minji y Jeongin se rieron de mi respusta, Yeji rodó los ojos pero luego se río junto a nosotros.

Llegamos a las gradas, Jeongin se fue a cambiar, nos sentamos las tres juntas a ver el entrenamiento, había una chica sentada a unos metros de nosotras.

–Parece que Huh Yunjin vino a ver a su novio..

–Dicen que ella le revisa el celular todos los días...

–No deberíamos hablar de eso cuando ella está tan cerca..–susurré entre nosotras.

Yunjin era linda, pero era conocida por ser tóxica y manipuladora, quien quiera que sea su novio debe quererla demasiado como para andar con ella...

–¿Por qué algunos hombres se cambian las poleras en la cancha? Es asqueroso.–expresó Minji.

–No creo que todos lo hagan, pero sí, es algo inapropiado..–respondí.

–¿Qué opinas Yeji?–no hubo respuesta.–¿Yeji?–dije moviendo mi mano al frente de su cara.

–Parece que la grandiosa Hwang Yeji estaba viendo a Jake...~–mencionó Minji molestandola.

–Claro que no.

Me reí ante la pequeña pelea de las dos, a Yeji le gustaba Jake de hace tiempo, por eso siempre aceptaba la invitación de Jeongin de venir a verlo.

–Miren, ya van a empezar.

Varios de los integrantes del equipo salieron del vestidor de hombres, estaban con el uniforme oficial del equipo.

–Agarren un balón y boteenlo mientras trotan por toda la cancha!

–Sí entrenador!

La cancha se llenó del sonido de los balones boteando en el piso y los pasos de los chicos.

–Me voy a quedar dormida...–dije bostezando irónicamente.

–Juguemos algo...–a Minji se le había ocurrido una idea.–¿Quién de todos los chicos les parece más atractivo?

–Jake.

–Ya todas lo sabíamos.

Yeji se río.

–¿Y a ti Seorin?

–Mmm..

Me puse a pensar mientras observaba las caras de todos los chicos, eran todos lindos, pero uno de ellos me llamó la atención.

–Creo que el que tiene el número 11.

Las chicas me miraron apenas dije mi respuesta...

–¿Qué?

–Ese es el novio de Yunjin.

Me sorprendí, pero no le tomé importancia, solo me pareció lindo y nada más.

—

Dos horas se pasaron volando, estuvimos todo el rato hablando las tres en vez de ver el entrenamiento.

–Vayan a lavarse y se retiran!–gritó el entrenador.

Vimos como todos se fueron a cambiar y lavar, Jeongin salió del vestidor.

–¿Cómo estuve?

–Oh.. sí.. genial...–respondimos las tres, ni siquiera habíamos prestado atención a lo que habían hecho.

–¿Vamos?–preguntó Yeji.

–Vamos.

Jeongin tomó sus cosas y caminamos hasta la salida del colegio.

–¿Alguien a visto mi celular?–pregunté asustada.

–No..–respondieron todos.

–Tal vez se te quedaron en las gradas..

–Iré a buscarlo, nos vemos mañana chicos!

Me despedí y corrí a buscar mi celular a la cancha de basquetbol, entré en el gimnasio, fui a las gradas donde nos habíamos sentado, ahí estaba, gracias al cielo. Caminé de vuelta a la salida de la cancha, hasta que vi a Yunjin y su novio besándose en una esquina del gimnasio, creo que besándose era una palabra que se quedaba corta, parecía como si se fueran a comer, el chico no se veía muy feliz que digamos. "Que Dios se apiade de ti bro." Dije en mi mente y salí del gimnasio, caminé hasta la salida del colegio y tomé el autobús.