PARTIDO 24

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Salí emocionada con mi celular en mano, Yeji estaba hablando con Jake, se habían vuelto amigos.

–Ya me voy, cuídense.–me despedí de Jake y Yeji.

–Oye Seorin, antes de que te vayas, organicé una fiesta y te iba a invitar.–mencionó Jake.

–¿En serio?–dije sorprendida.–Mm... yo creo que-

No alcancé a terminar la frase, porque alguien me había tomado en brazos y salió corriendo, asumí que era Heeseung, me estaba cargando en su hombro, mis brazos colgaban y podía ver como nos alejábamos del gimnasio.

–¡No voy a poder ir, tengo que salir con mi mamá!–grité antes de perderlos de vista, Heeseung había cambiado de dirección.–Suéltame Heeseung.

No me respondía, estaba pataleando mientras el seguía corriendo sin decir nada.

–¿A dónde me llevas?–dije en un tono alto, aún no me respondía.

Me quedé callada, Heeseung empezó a bajar el ritmo hasta que llegamos atrás de las canchas de tenis, me bajó suavemente, yo estaba mareada.

–Siento que voy a vomitar.–mencioné agarrándome de la pared.

–¿Por qué hiciste eso?–preguntó Heeseung.

–¿Qué cosa?

–Me besaste en la mejilla.

–Era para que me devolvieras el celular.–dije con una pequeña risa.

–No es chistoso.–dijo lamentándose mientras yo me seguía riendo.

–¿Y corriste solo para decirm...–me quedé callada al ver como unas pequeñas lágrimas salían de sus ojos, recorriendo sus mejillas rojas por tanto correr.–¿Por qué..?

–Lo siento, me veo patético...–dijo llorando y riéndose.–Es solo que... tengo miedo, no quiero perderte...

Me sentí mal al verlo tan afligido, me acerqué a él y lo abracé, posó su cabeza en mi hombro escondiéndose, le hice cariño en el pelo.

–Me gustas mucho Seorin, y no quiero que me abandones...

–No te voy a abandonar, eres muy especial para mi.

Heeseung me devolvió el abrazo, luego de unos segundos se secó las lágrimas y decidimos irnos, aún seguía pensando en lo que había pasado, fue un momento muy íntimo, me alegro de que se haya abierto conmigo.

Estábamos caminando juntos hasta la parada del autobús.

–¿Quieres salir mañana?–le pregunté mientras seguía mirando hacia adelante.

–¿En serio? Me encantaría.–respondió emocionado.

Nos fuimos juntos hasta nuestras respectivas casas, hoy fue un día de muchas emociones.

Los días pasaron, Heeseung y yo comenzamos a salir más seguido, los días fueron a semanas, y las semanas a meses, estábamos a mediados de octubre, otoño, mi estación favorita.

Heeseung y yo tenemos planeado salir al centro comercial hoy, el horario de clases pasó rápido, Heeseung tenía entrenamiento así que lo esperé, luego nos fuimos juntos.

Al llegar comenzamos a ver tiendas, tomamos café juntos y nos tomamos muchas fotos divertidas, finalmente fuimos a una tienda de helados.

–Yo invito.–dijo Heeseung.

–Acepto.

–Buenas tardes, ¿qué sabores desean?

–Yo quiero frutos rojos, porfavor.

–Yo de sabores tropicales.

–Ese es el mismo sabor que pedía mi hermano...–dije con una sonrisa.

–¿En serio? Es mi favorito.

Ahora que lo pienso, Heeseung se parece bastante a mi hermano, los dos son igual de inmaduros y chistosos.

Nos entregaron los helados, Heeseung pagó y caminamos por un parque al frente del centro comercial.

–Tomemos otra foto, para subirla.–dije sacando mi celular, ambos pasamos.

Solté una risa.–Esta me gusta.–se la mostré con una sonrisa.

Asintió, así que la subí.

Asintió, así que la subí

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Nos tomamos la foto juntos, estaba muy feliz me sentía en paz junto a Seorin.

–Esta me gusta.–me la mostró con una sonrisa.

No le tomé mucha atención a la foto, solo estaba mirando sus lindas facciones y sus ojos cuando sonreía, me gustaban. Asentí, sin mirar la foto, mientras la subía no pude evitar decirle lo linda que era.

–Me gusta cuando sonríes.–dije mirándola.–Te ves linda.

Me miró de reojo, noté un leve rubor en sus mejillas, a lo que escondió su cara con su cabello.

Acerqué mi mano dudosamente a su cara, corrí un mechón de cabello detrás de su oreja ruborizada, mientras la miraba noté como sonreía. Con mi mano tomé delicadamente su barbilla e hice que me mirara.

Hicimos contacto visual, sus ojos brillaban por la luz del foco que nos alumbraba, me acerqué más a ella.

–¿Puedo?

La vi nerviosa, no respondía y estaba roja como tomate, me reí y le di un suave beso en la mejilla.

Nos quedamos callados unos minutos, luego le pregunté si ya quería irse, a lo que asintió, nos fuimos hasta nuestras casas, nos despedimos y caminé solo hasta mi casa que quedaba un poco más lejos, estaba feliz y emocionado, sentía mis mejillas rojas.

Cuando Heeseung se me acercó a la cara pensé que me besaría, y me quedé en blanco, que vergüenza... pero lo que me impresiona es que cuando me besó la mejilla me sentí nerviosa y emocionada... eso es extraño, es una sensación rara, pero me gusta.

Me emocioné, me tiré a mi cama, patalee y abracé mi almohada, estaba feliz, me di vueltas por toda mi cama pensando en ese momento, jamás lo iba a olvidar.

Tal vez... me gusta Heeseung...

Encestar en tu corazón >𝘏𝘦𝘦𝘴𝘦𝘶𝘯𝘨< Donde viven las historias. Descúbrelo ahora