Día 40

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—mgh así no Soobin ah!

El menor devoraba sus labios apasionadamente mientras embestía su cuerpo con rapidez, Yeonjun apenas podía tomarse de sus hombros desnudos con suavidad enterrando inútilmente sus uñas, sus piernas alrededor de la cintura ajena parecían de papel mientras su mente se perdía entre gemidos y suplicas.

—¡Oh si, hazlo así Soo ah!

Besó su cuello pasando la lengua por sus clavículas mientras apretaba y aseguraba su cintura, Yeonjun simplemente se estremecía contra la pared mientras su punto dulce era tocado llevándolo al cielo mismo haciendo que arqueara su espalda con una sonrisa en los labios.

Abrió sus ojos a plena mañana.

Soobin no estaba, revisó bajo las sábanas encontrando un pequeño problema abajo, tiró de sus propios cabellos recordando su sueño, estaba enloqueciendo definitivamente, se encargó de su problema con mano propia, odiaba hacerlo y no solía pasarle, pero no le molestaba regalarse placer propio de vez en cuando.

Una vez terminó se fue al baño para limpiar todo, era extraño que Soobin no estuviera en la cama aunque lo agradecía, sería extraño despertar con una erección matutina provocada por la persona a tu lado y tener que decir que la tenía aunque no el por qué, eso sin tomar en cuenta que las razones eran ridículas.

—Comienzo a parecer un hombre de cuarenta a media menopausia— dijo alargando la ultima letra y cubriendo su cara con ambas manos ya lavadas.

Bajó al desayunador encontrando que había un plato con cereal allí listo y con la leche caliente todavía, al voltear a la sala vio al menor sentado comiendo su tazón mientras en la televisión seguía viendo aquel programa que tanto le gustaba.

Se fue a sentar a su lado, Soobin siguió viendo como aquella mujer le pegaba a su marido y los guardias intentaban separarlos de la pelea.

—Tú la calentaste?

—Dijiste que odiabas la leche fría porque sabía raro así que la metí dos minutos y medio al microondas antes de poner cereal y azúcar— dijo el menor llevando la cuchara a su boca, volteó hacia Yeonjun que tenía una especie de brillo en sus ojos.

—Gracias— fue lo que pudo decir.

—Hay mucho más en los cajones puedes incluso cenar con eso— comentó— yo no dejo la mitad de mi tazón.

—Si pero no te llevaré de compras al supermercado nunca más mocoso.

—Eso no es justo.

Yeonjun comenzó a reír al ver sus brazos cruzados en señal de protesta así que Soobin no pudo evitar que las comisuras de sus labios estuvieran levemente alzadas aunque seguía "protestando por ir con él" y seguiría haciéndolo cada vez que pudiera.

Una vez terminaron de comer Soobin dejó un programa de crímenes seriales, Yeonjun se aburría un poco así que recostó la cabeza en el hombro del menor mientras este le daba su mano para que jugara un poco al igual que los cordones que tenía el pantalón que llevaba Soobin.

Hizo un nudo, amarró el índice y el meñique y luego los cruzó en la misma forma con los de su mano, creando una equis entre índices y una sonrisa en sus labios, Soobin lo vio de lado y sonrió aunque Yeonjun no lo notó en ese momento.

Amo esa sonrisa inocente y encantadora...

—Soobin?

—Dime— musitó con una sonrisa, el mayor lo veía pero volvió su mirada a sus manos cuando encontró que él hacía lo mismo.

—Crees que podamos ir a la playa?

—Hoy es nuestro día libre no? — Yeonjun asintió.

No quiere...

Marriage StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora