❝𝐂𝐀𝐌𝐈𝐍𝐎𝐒 𝐂𝐑𝐔𝐙𝐀𝐃𝐎𝐒❞ | danilo sánchez (matias recalt)

O26 : memorias.

Febrero 3, 2023
Montevideo, Uruguay.

—Che, Clari, ¿cuándo vamos a charlar en serio? —me dice Albertina, sacándome de mis pensamientos. Seguro que me está hablando hace rato, pero ni bola le di, estoy en otra.

Desde que llegué acá, estoy re bajoneada. No quiero salir de mi pieza, y si lo hago, es solo para comer. Siento un vacío que no puedo entender, por más que le busque la vuelta, no puedo sacármelo de encima. Me acostumbré a tener más gente alrededor, y ahora, estar casi todo el día sola porque mis viejos no están en casa, me hace mierda.

—¿De qué querés hablar? —le tiro, levantando la mirada hacia ella, haciendo contacto visual por primera vez desde que llegó.

Ella larga un suspiro antes de hablar, seguro porque ya intentó hablar conmigo de esto mil veces.

—Quiero saber por qué estás así, necesito saber si te puedo dar una mano en algo —se sienta en la cama, frente a mí, y agarra una de mis manos para entrelazarla con la suya, dándome contención—. Sé que estás mal por lo de tu tía, pero te conozco lo suficiente como para darme cuenta de que no es lo único que te está pasando.

Dudé en contarle todo, porque sería una historia re larga, pero el hecho de darme cuenta de que realmente le importaba cómo me sentía, me hizo caer en la cuenta de que estaba interesada en mi cambio repentino de conducta.

—Mientras estuve allá conocí mucha gente —comencé a explicar, ganándome una mirada curiosa de mi amiga—. Entre ellos, a un chico...

La veo acomodarse bien en la cama, fija en escuchar lo que iba a contarle porque apenas le largué la palabra "chico", sabía que algo feo había pasado.

—Fue re random la primera vez que nos cruzamos, pero bueno, esa historia te la cuento otro día —me río para mis adentros al recordar que nuestra primera interacción fue básicamente una amenaza. Re loco que eso me haya enganchado, ¿no? Una enferma total—. Resulta que, de un momento a otro, comenzamos a salir más seguido ya que íbamos al mismo liceo.

—¿Esto va a ser una historia trágica? Así ya voy preparando los pañuelitos.

No respondo a su comentario y eso le da a entender que muy bien no acabaría la historia que le estoy contando.

—Graciela cuando se enteró que él era mi amigo mucho no le gustó, porque lo conocía de la calle, y no era un chico con el que ella quería que yo me junte. Me lo dijo pero yo no le di bola, así que me seguí viendo con él —recuerdo el momento como si hubiera pasado ayer, así que lo cuento tal cual como si estuviese viviendo nuevamente la escena—. Hasta que una vez se enojó conmigo porque se enteró de que nos seguíamos juntando, y me castigó. Como yo no podía salir de casa, él a escondidas trepó por las paredes para poder verme y llevarme un ramo de flores.